Para una cocina al aire libre, ahumada y a las brasas, la solución son churrasqueras y chulengos. La pasión por la parrilla es ahora abrazada por aficionados a la comida en todo el mundo. Veamos cómo sumarlas al hogar.
Las churrasqueras y los chulengos tienen sus raíces en la rica cultura de la parrilla, especialmente arraigada en países como Argentina, Uruguay y Brasil. Tradicionalmente, estas regiones han sido conocidas por su maestría en asar carne a la parrilla, pero la popularidad de las churrasqueras y los chulengos ha llevado esta tradición más allá de las fronteras.
Hay comunidades en línea dedicadas a la parrilla y la cocina al aire libre. También tutoriales en YouTube para dar tus primeros pasos en la comida a las brasas, o libros y recetas para incursionar y agasajar a familiares y amigos.
Ideas para sumar una churrasquera o chulengo a tu casa
La ubicación es un factor determinante. Si vivís en una casa y tenés un patio o jardín, procurá tener suministros y alimentos a la mano y de disponer de una ventilación adecuada por el humo.
Hay diferentes tipos de churrasquera. De gas, carbón o eléctrica, podés elegir según tus preferencias y necesidades. Cada tipo tiene sus ventajas y desventajas en términos de sabor, facilidad de uso y mantenimiento.
Es importante crear un área cercana a la churrasquera para preparar y marinar los alimentos antes de cocinarlos. Podés incluir una mesa o mesada de trabajo resistente al calor para cortar, condimentar y organizar los ingredientes.
También podés instalar estantes, gabinetes o contenedores cerca de la churrasquera para almacenar utensilios de cocina, herramientas de parrilla, carbón o gas, y otros accesorios necesarios. Mantener todo organizado y al alcance de la mano facilitará la experiencia de cocinar al aire libre.
Considerá la posibilidad de incluir accesorios como cepillos de limpieza, pinzas, espátulas y bandejas para servir, para facilitar el proceso de cocinar y servir los alimentos.
Si la superficie lo permite podés incluir muebles de exterior, como mesas, sillas, bancos o incluso una zona de estar con sofás para compartir la comida allí. En caso de que dispongas de poco espacio, pensá en que quien cocina tenga un fácil acceso a la mesa compartida.
Una churrasquera práctica y cómoda implica que disponga de una iluminación adecuada, con luces exteriores o linternas cerca. Le dará luz pero también calidez al espacio para las noches a la parrilla. Plantas, macetas, luces colgantes o mantas, siempre suman, como también la música ambiental. Un parlante protegido será de gran uso.
Considerá la posibilidad de incluir accesorios como cepillos de limpieza, pinzas, espátulas y bandejas para servir, para facilitar el proceso de cocinar y servir los alimentos.