Unión entre el pasado, el presente y el futuro en un ambiente de reflexión y belleza natural.
Al comenzar este nuevo año me encontré en un momento de reflexión y recuerdos. Recordé a un familiar que al momento del brindis decía al levantar su copa por quienes están y los que no, haciendo referencia a los que no están físicamente hoy y aquí.
Espacios que promueven un ambiente de serenidad y conexión con la naturaleza de los adultos mayores.
De allí, y como estoy seguro de que te pasa también, miré a mi alrededor para ver qué padres y abuelos alzaban sus copas con nosotros. Mi cuenta es cortita, solo dos.
A partir de allí miré el jardín de la casa y en ese contexto, surge la idea de compartir un artículo para que puedas crear espacios que no solo honren su memoria, sino que también ofrezcan confort y tranquilidad a los adultos mayores que aún comparten nuestro día a día.
Los llamo “jardines del recuerdo” porque más que simples áreas verdes, son santuarios de paz y reflexión. Estos espacios se diseñan pensando en los adultos mayores, incorporando elementos que facilitan su acceso y disfrute, al mismo tiempo que promueven un ambiente de serenidad y conexión con la naturaleza.
Los Jardines del recuerdo son simples áreas verdes transformadas en santuarios de paz y reflexión.
Cuando se trata de diseñar jardines para adultos mayores, hay tres aspectos fundamentales que te invito a considerar:
Accesibilidad y seguridad: Es esencial que los caminos sean firmes y antideslizantes, y que se prefieran rampas suaves en lugar de escalones. Esto garantiza que el jardín sea completamente accesible para personas que utilizan andadores o sillas de ruedas, proporcionando un entorno seguro y fácil de navegar.
Asientos confortables en zonas de sombra: Es importante disponer de bancos y asientos en áreas sombreadas. Esto permite el descanso y el disfrute del jardín sin el riesgo de la exposición directa al sol, ofreciendo un espacio de confort y relajación.
Estimulación sensorial a través de la naturaleza: Integrar plantas con diversas texturas, colores vivos y fragancias agradables es vital. Esto no solo mejora la estética del jardín, sino que también estimula los sentidos y puede evocar recuerdos positivos si elegimos especies que eran muy comunes en los jardines de su juventud.
Un jardín que activa diferentes sensaciones y enriquece la experiencia de sus visitantes propicia un envejecimiento activo.
Estos jardines se convierten en espacios de unión entre el pasado, el presente y el futuro, fomentando un ambiente de reflexión, paz y belleza natural. En un homenaje activo.
Claudio Doratto: web https://jardinesinclusivos.ar
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