El vino es una de las bebidas más versátiles porque además de acompañar comidas, también puede usarse para preparar exquisitos tragos.
Llegando a fin de año y listos para recibir al 2024, el vino la Bebida Nacional se adapta y transforma para sorprender con exquisitos tragos a los paladares más exigentes.
Además de acompañar comidas, esta bebida nacida de las zonas vitivinícolas argentinas, puede sumarse a exquisitos tragos con frutas y aromáticas.
En esta nota compartimos cuatro cócteles para disfrutar en este caluroso verano.
Mojito de vino blanco
Es una interesante variación del clásico mojito. En lugar del ron tradicional, este cóctel incorpora el vino blanco como su componente principal.
Para prepararlo, mezclar vino blanco con limonada carbonatada (como Sprite), jugo de limón recién exprimido, menta fresca y, si preferís un sabor más dulce, podés añadir un toque de azúcar.
Clericó
Esta clásica bebida argentina combina vino blanco con una mezcla de frutas de temporada cortadas en cubos. La preparación incluye naranjas, manzanas, bananas, duraznos, peras, kiwis, ciruelas y frutillas. Los cubos de frutas se colocan en una jarra grande junto con vino blanco y azúcar para crear una bebida refrescante.
Sangría
Esta es otra opción popular que utiliza vino, pero esta vez es el vino tinto el protagonista. La sangría se caracteriza por combinar vino tinto con jugo de naranja y frutas como limones y limas. Al igual que el Clericó, la Sangría se sirve en jarras, aunque también puedes prepararla en vasos individuales.
Pomelo con Chardonnay
Esta exquisita combinación de vino Chardonnay con el distintivo sabor del pomelo es siempre un acierto. El Chardonnay aporta suavidad a los sabores tropicales del pomelo, que es menos dulce que la naranja y menos ácido que el limón, pero con un toque amargo. Esta mezcla crea una armonía deliciosa y refrescante.