En los últimos años ha aumentado la demanda de prácticas que tienen que ver con la reconstrucción vaginal, ya sea con fines de belleza o funcionales.
Con el paso del tiempo las mujeres experimentan fuertes cambios en sus cuerpos, cambios que muchas veces alteran su calidad de vida, sobre todo sexual. Algunas pueden sufrir pérdida del tono de la vagina o la firmeza de los músculos que la rodean. Esto puede deberse a múltiples factores: partos, fluctuación en el peso, la llegada de la menopausia; lo que genera un aumento en el diámetro de la vagina alterando así la sensibilidad y el placer sexual.
Según el Dr. Adrián Gaspar (Matrícula 6562) médico especialista en ginecología y medicina estética, en los últimos años ha aumentado considerablemente la consulta de mujeres preocupadas por su salud sexual, pues los tratamientos médicos que en la actualidad se realizan, mejoran la calidad de vida en un porcentaje muy alto. Cabe destacar que dichas intervenciones son “no invasivas”, incluso “no quirúrgicas”.
Hablamos del rejuvenecimiento vaginal. Según Gaspar, es importante aclarar que existen técnicas que “son quirúrgicas” y técnicas que son “no quirúrgicas”; en esto vamos a definir las que se realizan por motivos netamente estéticos y otras, por problemas funcionales de la zona genital. Con respecto a procedimientos quirúrgicos (técnicas de rejuvenecimiento íntimo, rejuvenecimiento genital) una de las consultas que más se hace en los consultorios de Clínica Espacio Gaspar, es la elongación de los labios menores, de la vulva.
Pero el rejuvenecimiento vaginal no es el único motivo de visita al médico. Otro de los procedimientos quirúrgicos que se hacen en la zona genital con motivos de mejorar la calidad de vida sexual -y no tanto estética-; es la cirugía de vaginoplastía. “Ésta es una práctica plástica de la vagina para devolverle las dimensiones que tenía antes de los embarazos y partos. Conforme pasan los años, y sobre todo el trauma obstétrico, la vagina pierde esa firmeza y tonicidad que tenía en sus años de juventud y, sobre todo, antes de los embarazos. Esto se puede mejorar con una cirugía ambulatoria, con anestesia local y, luego de completar el proceso de cicatrización, se consigue aquel estado de salud previo a los embarazos”, aclara el director de la Espacio Gaspar.
Asimismo, ha crecido las consultas para realizar otra practica: el uso de láser para un tratamiento no quirúrgico que se realiza de manera ambulatoria en el consultorio, en el que a través de la aplicación de calor con luz láser no invasiva, la vagina mejora significativamente su lubricación. “Esto es un motivo de consulta frecuente sobre todo luego de la menopausia, cuando se da mayor sequedad vaginal por la falta de estrógenos, y en el post parto cuando las mujeres están amamantando provocando incomodidad durante las relaciones sexuales” añade el profesional.
Es importante mencionar que el tratamiento anteriormente descripto también se utiliza para mejorar la continencia urinaria, es decir, mujeres que tienen problemas de incontinencia de orina: “Sabemos que una de cada tres mujeres va a tener -en algún momento de su vida (como después de la menopausia)- síntomas urinarios. Y esta es una forma de prevenirlo, además de mejorar los síntomas. También se utiliza para optimizar el tono y la firmeza de las paredes de la vagina para mejorar la respuesta sexual de las pacientes” agrega el responsable de la clínica ubicada en Olascoaga 881.
Para Gaspar las intervenciones con láser tienen muy buenos resultados, pues potencia la respuesta sexual de las pacientes con solo realizar una intervención de manera ambulatoria que mejora la lubricación, la tensión de las paredes vaginales lo cual favorece a aquellas mujeres que sufren de prolapsos de vejiga o de recto.
Conforme pasan los años, y sobre todo el trauma obstétrico, la vagina pierde esa firmeza y tonicidad que tenía en sus años de juventud y, sobre todo, antes de los embarazos.
Por otro lado, y considerando la estética de la época, es muy común la eliminación de vello del cuerpo, especialmente de la zona púbica. Existen procedimientos no invasivos (no quirúrgicos) muy solicitados, por ejemplo, la despigmentación de la zona genital. ¿En qué consiste? Claro está que las mujeres se rasuran la zona genial o se hacen depilación definitiva (depilación láser). A medida que se sostiene está práctica, la vulva toma un color más oscuro, o sea se pigmenta lo que resulta incómodo. Entonces, este tratamiento consiste en sesiones ambulatorias o bien con láser o piling despigmentantes químicos para devolverle su tono natural.
Si bien no hay una edad definida para realizar alguna de estas prácticas, Adrián Gaspar sostiene que “todo depende del motivo de la consulta, ya sean estéticos o funcionales”.
Agradecimientos: Dr. Adrián Gaspar. Espacio Gaspar.