La artista, radicada en Godoy Cruz, propone visitas íntimas a su galería de arte. En su casa- taller, Verónica Valenti reside, trabaja y recibe a quienes desean vivir una experiencia pictórica, con una copa en la mano.
Apenas se abre el portón eléctrico aparece la sorpresa de lo desconocido. Una instalación con corbatas, una mesita con copas de vino y un recorrido explicativo son indicios para vivir el momento. La artista parece no estar allí, pero seguro que por algún lado se encuentra. En la casa, diseñada por el reconocido arquitecto y poeta Ricardo Casnati, vive ella.
Entre la propiedad y la galería, un jardín abraza el instante tanto como su obra. Hay esculturas de Gabriel Fernández, cuelga un ser metálico de Fernando Rosas y brotan decenas de plantas de especies variadas que cuida entre gestos con pintura. Verónica pinta paisajes de colores que imagina como fluidos y metáforas de la vida. La palabra es aquí acrílico, pincel, brocha y danza sobre el lienzo y el pensamiento.
En la galería de arte, elevada sobre su taller de trabajo, una gran puerta de madera es el nexo con sus obras. El proyecto es una extensión que idearon el arquitecto Pablo Hocévar y su colega Leyla Mussi Saffie. Fue en el año 2013 cuando la artista concretó la posibilidad de un espacio de visitas que cada tres meses, una bodega local auspicia con uno de sus vinos.
Hasta fines de julio, las obras de Verónica Valenti también son parte de la última muestra de El Enemigo en Casa Vigil, en Chachingo. Los artistas Federico Calandria y Cristóbal Farmache integran la exposición en el espacio de Alejandro Vigil y María Sance.
Para más información, contactarse con la artista vía IG, veronicavalenti00