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    Recorremos Rjukan un pueblo Noruego que aprovecha la luz del sol y posibilita una buena adaptación del hombre a su ambiente físico.

    Arq. María Florencia Oña La Micela

    La vivienda no debe ser sólo una protección contra el calor, la intemperie, el frío o el viento sino que tendría que representar un instrumento perfeccionable cuya función consista en posibilitar una buena adaptación del hombre a su ambiente físico: su paisaje y clima.

    Rjukan es un pueblo Noruego que logró tener contacto con la luz del sol cuando instaló grandes espejos en los cerros aledaños con el objetivo de que los rayos solares se reflejaran en la plaza central.

    Este pequeño y lejano poblado se asienta en el Valle de Vestfjord, en la región de Telemark, en el sureste de Oslo. Los picos de los cerros donde este pueblo se ubica bloquean los rayos de sol durante la mitad del año, lo que hace que sus habitantes deban vivir en una sombra permanente desde septiembre a marzo.

    En este contexto, hace más de un siglo nació una idea que recién pudo concretarse en los últimos tiempos debido a la posibilidad que otorgaron los avances tecnológicos. El proyecto consistió en la colocación de tres grandes espejos de alta tecnología con una combinación de una superficie reflejante de 50 metros cuadrados. Gracias a esto se pudo iluminar la plaza central del pueblo con 600 metros cuadrados de sol y, por ende, mejoró notablemente las condiciones de vida de este pueblo debido a que, entre otras cosas y gracias a la luz solar, se incrementó la asimilación de vitaminas de los residentes y se hizo posible el desarrollo turístico en invierno.

    Este caso extremo de carencia de sol nos da la excusa para reflexionar de una manera más crítica acerca de nuestras propias condiciones climáticas y solares locales y de cómo las mismas son desaprovechadas y hasta despilfarradas en muchos casos.

    Es bueno señalar que el diseño de la llamada casa solar pasiva está concebido con el fin de colectar, conservar y distribuir la energía del sol a modo de absorber el calor en invierno y rechazarlo durante los meses de verano. Este concepto es denominado así debido a que no involucra sistemas mecánicos para su funcionamiento y a que la clave para su desarrollo es el entendimiento y la consecuente toma de ventajas de los factores climáticos del entorno.

    Para desarrollar una vivienda de estas características en una región climática como Mendoza, existen algunos criterios que no pueden faltar. A continuación enumeramos algunos:

    • Con el fin conseguir las mejores condiciones de vida; es decir calor en invierno y fresco en verano, las fachadas principales de un edificio deben orientarse al norte.

    • Las fachadas orientadas hacia el noreste y noroeste ofrecen la ventaja de un asoleo regular pero son más frías en invierno y más calientes en verano, que las que miran al norte.

    • Las exposiciones al este y al oeste son más calientes en verano y más frías en invierno que las que dan al norte, noreste y noroeste.

    • La orientación óptima es sin dudas la que da al norte, debido a que permite variaciones de hasta 30° hacia el noreste y el noroeste.

    • Las orientaciones oeste y este son las más desfavorables. En tanto que la noreste y noroeste son razonablemente satisfactorias mientras, como ya se dijo, la norte es la más útil. En una vivienda unifamiliar es preferible tener una combinación de orientaciones.

    • La disposición deseable en un emplazamiento determinado será aquella que proporcione la máxima radiación durante el período frío y la mínima en el cálido.

    • Como criterio básico es necesario considerar a la vivienda como un artefacto móvil. Así, debería contar con cierto grado de flexibilidad y adaptabilidad.

    • Algunos elementos a ser tenidos en cuenta para el desarrollo de una vivienda de estas características incluyen: la ubicación y tamaño de las aberturas, el tipo de vidrio, las aislaciones térmicas, la masa térmica, la protección solar y la ventilación, entre otras cuestiones.

    • Es importante, además, considerar la forma y tipología de la conformación volumétrica arquitectónica. Estos conceptos son aplicables con mayor facilidad a construcciones nuevas debido a que posibilita el estudio previo de las condiciones climáticas del sitio elegido para el emplazamiento de la casa.

    El estudio de cómo es el clima conduce a la búsqueda de una conformación arquitectónica cuyos recursos constructivos -a razón de su finalidad fundamental- sea la de permitir el aprovechamiento del sol y evitar el calor excesivo, regulando su entrada y la exposición del edificio al sol. Esto, además de proveer de una manera óptima de elementos de regulación, control y amortiguación climática.

    Las consideraciones mencionadas pueden estar dirigidas a cualquier edificio y, de este modo, lograr un equilibrio entre el costo y el desempeño de soluciones de proyecto. Las mismas requieren de un desarrollo cuidadoso, holístico, técnico y de diseño de la aplicación de estos principios científicos.

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