Hay infinitas posibilidades para decorar un ambiente, por lo que se vuelve difícil elegir objetos que combinen. La decoración monocromática presenta una solución sencilla y elegante. ¡Descubrila!
Este estilo consiste en decorar un espacio con objetos, pinturas y materiales que pertenezcan a la misma gama de colores. Lo más común es que se utilice un mismo color que varíe en los tonos e intensidades del mismo.
Hay quienes prefieren colores neutros para crear espacios claros y tranquilos. Para estas personas, la decoración monocromática se torna ideal ya que resuelve, de una forma original, la búsqueda de un espacio luminoso.
Por otro lado, la decoración monocromática también se adapta a quienes prefieren colores más vívidos y llamativos. Algunas gamas muy frecuentadas suelen ser la de los colores primarios: rojo, azul y amarillo.
Pero como las posibilidades son tan amplias, también suelen usarse todo tipo de colores que den vida a los espacios y se ajusten a los gustos y preferencias de cada persona.
Por último, la decoración monocromática también ganó terreno en colores oscuros, llegando directamente hasta el negro total. Es una propuesta más osada pero que aporta de manera indiscutible, gran elegancia y glamour a los espacios.
Una de las claves a la hora de optar por los monocromatismos, es la de buscar la variedad en otros aspectos como pueden ser los materiales seleccionados, o incluso las texturas de los mismos.
Si bien a simple vista parece una opción “aburrida”, la realidad es que también hay miles de posibilidades que apelan a la creatividad a la hora de decorar un ambiente de forma monocromática.
¡Elegí tu color preferido y decorá de una manera simple y glamUrosa!