Rico, fácil de preparar, liviano e ideal para degustar en estos días fresquitos. Animate a prepararlo este finde.
El soufflé o suflé es una preparación a base de yemas y claras de huevo mezcladas con otros ingredientes. Puede ser dulce o salado.
Técnicamente sería una bechamel a la que se le añaden yemas de huevo batidas y claras a punto de nieve, y que luego se caracteriza con otros ingredientes dulces o salados.
La receta de hoy es un soufflé de queso, Emmental en concreto, pero podríamos hacer soufflés de chocolate, limón, banana, entre otros sabores, con la correspondiente parte de azúcar que la receta de hoy no necesita.
Con todos los ingredientes perfectamente incorporados, el quid de la cuestión es conseguir que nuestro soufflé se hinche dentro del horno hasta casi doblar su tamaño, y que se mantenga así, hinchado el mayor tiempo posible una vez fuera del horno.
En la preparación tradicional se hace en unos recipiente llamados ramekines. Aunque podemos utilizar cualquier otro apto para horno con la condición ideal de que sea de paredes altas.
INGREDIENTES
- 5 huevos
- 30 g. manteca
- 30 g. harina de trigo (o sin gluten para celíacos)
- 250 ml. leche entera
- 150 g. queso Emmental
- Sal y nuez moscada (al gusto)
PREPARACIÓN
- Separar las claras de las yemas, poner cada cual en un bol limpio y seco, sin restos de grasa.
- Montar claras, es recomendable usar una batidora con varillas, ya que es muy pesado hacerlo a mano.
- En un bol grande, echar las claras reservadas y montarlas junto a 1 pizca de sal. Cuando estén prácticamente listas, parar y reservar las claras en la heladera.
- En una sartén calentamos la mantequilla hasta que se derrita. Cuando la mantequilla esté caliente añadimos la harina y removemos sin parar hasta que se haya integrado con la grasa de la mantequilla.
- Añadir la leche y batir hasta que quede una crema espesa y sin grumos. Salar y espolvorear la nuez moscada. Retirar del fuego. Añadir las yemas de huevo que tenemos reservadas y remover bien hasta integrar con el resto de la salsa.
- Rallar el queso e incorporarlo al a mezcla anterior. Volver a poner a fuego medio-bajo removiendo hasta que el queso se integre. Retirar del fuego.
- Dejar que se temple la salsa, en cuanto esté tibia mezclar las claras a punto de nieve con el resto de la crema con movimientos envolventes, intentando que no pierda el aire.
- Untar los moldes con manteca e incorporar la mezcla hasta, como máximo, 2/3 de su volumen. Tenemos que tener cuidado de no pasarnos llenando los moldes ya que crecerá bastante en el horno.
- Precalentar el horno a 170º C y hornear durante 25 minutos. Si vamos a utilizar un solo molde en lugar de moldes individuales, el tiempo de horneado aumentará hasta los 40 minutos.
TIP: Una receta perfecta para una ocasión especial. No te olvides de servirla recién salida del horno, muy caliente todavía.