Conocemos cómo la arquitectura vernácula acompasa el desarrollo humano de cada ámbito.
Arq. María Florencia Oña La Micela
La llamada arquitectura vernácula se origina en las características climáticas del entorno con el fin de albergar a sus habitantes y atemperar dichas condiciones. También acompasa el desarrollo humano de cada ámbito. La lógica de esta corriente.
La vivienda es el principal elemento para satisfacer las características de confort adecuadas debido a que modifica el entorno natural y nos aproxima a las condiciones óptimas de habitabilidad. Así, en líneas generales, las casas deberían filtrar, absorber o repeler los elementos medioambientales según influyan de manera positiva o negativa en la comodidad de sus habitantes.
En este contexto, la interpretación del clima como factor principal se justifica sólo si el mismo influye directamente en la expresión arquitectónica. Y es aquí donde aparece el concepto de arquitectura vernácula como un sistema social y cultural complejo que refleja de forma directa las maneras de habitar. Este tipo de construcciones también considera aspectos socioculturales como las creencias religiosas, la estructura familiar y las relaciones sociales entre individuos.
En este mismo sentido, la arquitectura “autóctona” se constituye como la tradición regional auténtica que surge de los pueblos originarios de cada país como una respuesta a sus necesidades de habitar.
Por ejemplo, el iglú esquimal es una solución asociada al problema de supervivencia en temperaturas gélidas. La estructura de las viviendas de los indios Kwakiutl muestran estancias unidas con el objeto de reducir la superficie de exposición. Son grandes refugios construidos con tablones y maderas con una doble piel que proporciona una cámara de aislamiento térmico.
La zona templada, con un clima natural más favorable, por otra parte, exige menos condicionantes térmicos a sus habitantes. Esto se traduce en una mayor libertad y diversidad en el modo en que estas tribus levantan sus viviendas.
En tanto, el asentamiento en zonas áridas muy calurosas supone fuertes condicionantes en la construcción de las casas ya que es importante que el refugio esté diseñado con el fin de reducir el impacto de calor y proporcionar sombra. En esta línea, en las ambientes cálidos y húmedos se presentan dos problemas básicos: escapar de la excesiva radiación solar y permitir la evapotranspiración de la humedad a través de la ventilación.
El impacto en Mendoza
En nuestro país existe una zonificación bioambiental que delimita regiones climáticas de las que surgen subregiones. A través de esta clasificación se pueden identificar medidas de diseño apropiadas para construir un hábitat de manera sustentable.
Contar con una zonificación adecuada sirve para reducir o eliminar la energía consumida para acondicionamiento interior, adecuar variables de diseño arquitectónico y evitar la globalización con modelos urbanos e innovaciones tecnológicas que generan edificios de mayor dependencia energética.
Dentro de las 12 regiones climáticas con las que cuenta Argentina, Mendoza se ubica en la templada – cálida seca con inviernos fríos y una temperatura efectiva en los días típicamente cálidos de verano de entre 24,6°C y 26,3°.
EN NUESTRO PAÍS EXISTE UNA ZONIFICACIÓN BIOAMBIENTAL QUE DELIMITA REGIONES CLIMÁTICAS DE LAS QUE SURGEN SUBREGIONES. A TRAVÉS DE ESTA CLASIFICACIÓN SE PUEDEN IDENTIFICAR MEDIDAS DE DISEÑO APROPIADAS PARA CONSTRUIR UN HÁBITAT DE MANERA SUSTENTABLE.
Proyectar aleros para proteger superficies verticales y aberturas son especialmente eficaces en orientaciones NO, N y NE mientras que incorporar postigos o cortinas de enrollar en todas las aberturas sirve para controlar la radiación directa y difusa y facilitar la ventilación cruzada. Evitar aberturas al oeste o controlar estrictamente su tamaño es otra recomendación a la hora de pensar una casa en Mendoza.
La arquitectura vernácula se caracteriza por reflejar una respuesta clara a condiciones ambientales y a los modos de vida de sus habitantes. La materialización y construcción de dichas viviendas es, entonces, consecuencia de la aplicación de tradiciones constructivas internalizadas en la región climática y cultural. Se manifiesta así una claridad y una transparencia en las expresiones arquitectónicas que deberían rescatarse como concepto a las aplicaciones contemporáneas.
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