El Hotel Valle Andino se emplaza en un entorno natural de alta montaña, en Uspallata, donde el paisaje se convierte en protagonista absoluto. Su reapertura se basó en un nuevo concepto desarrollado por Jazmín Bulit. Una reversión tan acogedora como cálida.
Enmarcado por la belleza descomunal del paisaje de Uspallata, el aire puro, y su lugar geográfico emblemático, reabrió sus puertas el Hotel Valle Andino con una total renovación, y una propuesta con alma de auténtica hospitalidad, belleza y calidez.
El nuevo concepto fue desarrollado por Jazmín Bulit, especialista en Gestión Hotelera, con la firme convicción de que hoy la industria demanda hoteles con espíritu, que cuenten una historia genuina y cuyas instalaciones, detalles, servicios y experiencias estén completamente alineados al concepto y público objetivo.
Refugio íntimo con historia
Concebido como un refugio de montaña con detalles de altísima calidad, la renovación del emblemático lugar se formó por un equipo multidisciplinario en el que también participaron: Guillo Milia (branding) y Ángela Battaglia (interiorismo).
Respecto a su arquitectura y estructura, cabe rememorar que el hotel Valle Andino fue construido por el prestigioso arquitecto Silvio Bromberg, allá por la década de 1990. La arquitectura propuesta desde su origen se caracterizó desde siempre por su integración armoniosa con el paisaje.
Por su lado, la volumetría aparece simple desde sus inicios, una apuesta de líneas puras y proporciones generosas hasta la actualidad. Las formas rectas y los planos abiertos permiten que la luz natural y las vistas se conviertan en parte integral de los interiores. Algo que no se tocó ya que se mantuvo la arquitectura original intacta, habiendo realizado su nuevo propietario, Pablo Cavallaro, renovación de todas las instalaciones (electricidad, agua, calefacción).
Las dos plantas del hotel
El edificio completo está configurado en dos plantas, que apuestan al confort, serenidad y belleza natural. Se apunta a una experiencia significativa para que los huéspedes disfruten de una atmósfera de plenitud y armonía con el paisaje, que abraza la estructura y que los observa desde cada ventanal.
En planta baja: Recepción- Hall- Restaurante Sanitarios de uso común – y 13 Habitaciones
Planta alta: Salón de Usos Múltiples- Hall- Wine Bar y 13 Habitaciones.
Un extenso jardín (con 3 piscinas, cancha de pádel y hermosa arboleda) se extiende hacia la parte posterior del edificio. Al igual que los jardines perimetrales, que se pueden observar desde los balcones de las habitaciones y SUM, como también desde cada rincón del hotel.
A prueba de inclemencias
La estructura combina materiales nobles y duraderos (pensados para resistir las condiciones climáticas de altura) tales como:
- Ladrillo visto en muros, tejas en techo y una estructura metálica principal definen su arquitectura original.
- Madera maciza tratada, utilizada en carpinterías, techos y detalles interiores, que aporta calidez y textura.
- Piedra, en zonas de circulación hacen la integración con el entorno
- Cristales de gran tamaño en zonas comunes y habitaciones con vista, para potenciar la relación interior-exterior.
Materialidad y colores: Por su lado, la selección pensada de materiales responde a una lógica de sobriedad, autenticidad y sentido táctil: todo lo que se toca o se ve, tiene un anclaje emocional con la tierra. De allí que se trabajó y potenció con una paleta neutra y natural.
Estilo de ambientación: La ambientación se basa en un estilo ecléctico que combina referencias de impronta natural, minimalista y cálida, con influencias rústicas e industriales, y toques de diseño contemporáneo con guiños a la estética nórdica.
La premisa fue mantener la arquitectura del lugar creando ambientes funcionales, pero con alma, que inviten a detenerse, a observar, a respirar, disfrutar y conocer algo de la historia del lugar. Para ello se pensó en espacios que integren los elementos básicos de este Valle: la montaña, la tierra, el sol y el vino.
Los espacios
- Mobiliario de líneas puras combinando madera, hierro y tapizados naturales.
- Iluminación cálida y tenue, con artefactos de diseño simple, que realzan las texturas y generan atmósferas envolventes.
- Arañas de hierro forjado hechas por su propio dueño, una estufa hogar inglesa de hierro fundido e imponentes sillones Chesterfield de cuero verde menta, son parte del Salón Andino. Espacio de encuentro y relax para huéspedes.
- También se destacan los cabeceros de cama y los percheros de habitaciones, realizados con duelas de roble de Nancy, de toneles de la antigua Bodega Furlotti. Por su lado, en el Wine Bar las barras de durmientes de ferrocarril -quebracho colorado- son protagonistas acompañadas por sillones y sillas de cuero natural.
Las texturas y colores de todos los materiales empleados y la combinación de los mismos generan la atmósfera para conectar con lo ancestral, lo humano.
“La ambientación se basa en un estilo ecléctico”
Esencia del proyecto
Valle Andino es más que un hotel, es un destino. Un espacio de reencuentro con lo esencial, donde el lujo reside en la pausa, el silencio y la calidad del habitar. Cada decisión proyectual, desde los materiales hasta los aromas del lugar, responde a una búsqueda de armonía emocional, sostenibilidad y conexión con la montaña.
FICHA TÉCNICA
- Propietario del Emprendimiento: Pablo Cavallaro
- Concepto e identidad: Jazmín Bulit
- Branding: Guillo Milia
- Ambientación: Ing. Angela Battaglia
Recorré la nueva edición de MCH aquí.
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