Más que una tendencia, la decoración “hygge” es una filosofía. Se trata de crear un ambiente acogedor y disfrutar de las cosas buenas de la vida.
En un mundo cada vez más acelerado y demandante, la búsqueda de refugio y bienestar en el hogar se ha convertido en una prioridad. En este contexto, la tendencia en decoración hygge emerge como una filosofía de vida que trasciende la estética para abrazar la calidez, la sencillez y los momentos de conexión. Originario de Dinamarca, el hygge se ha extendido por todo el mundo como una invitación a desacelerar, disfrutar de las pequeñas cosas y crear espacios que nutren el alma.
El hygge no se limita a un conjunto de reglas decorativas estrictas, sino que se trata más bien de una sensación, una atmósfera que se cultiva a través de la elección de elementos y la forma en que se disponen en el espacio. El objetivo principal es generar un ambiente acogedor, confortable y que invite a la relajación y al disfrute de la compañía, ya sea de uno mismo o de los seres queridos.
“Es una filosofía de vida que nos invita a encontrar la felicidad en las cosas simples”
¿En qué consiste este estilo de decoración?
La decoración hygge se caracteriza por su sencillez y su enfoque en la funcionalidad y la comodidad. Se busca crear un ambiente sin pretensiones, donde la calidez y la autenticidad son los pilares fundamentales. Algunos de los elementos clave de este estilo incluyen:
-
Iluminación cálida y suave: Las velas son un elemento esencial de este estilo. Su luz tenue y parpadeante crea una atmósfera íntima y relajante. Lámparas con pantallas de tela o con luz ámbar también contribuyen a generar esta sensación acogedora. Se evita la luz brillante y directa.
-
Materiales naturales y texturas suaves: La madera en tonos claros, la lana, el lino, el algodón y la piel son protagonistas. Estos materiales aportan calidez y una sensación táctil reconfortante. Mantas suaves, cojines mullidos y alfombras de pelo largo invitan a poder acurrucarte y relajarte.
-
Colores neutros y terrosos: La paleta de colores se basa en tonos suaves y naturales como el blanco, el beige, el gris claro, el crema y los tonos tierra. Estos tonos crean una base tranquila y luminosa que se complementa con toques de color cálido, aportados por la madera o elementos decorativos específicos.
-
Mobiliario funcional y confortable: Se priorizan los muebles cómodos y prácticos, que invitan al descanso ya la interacción. Sofás amplios y acogedores, sillones orejeros, bancos de madera y mesas bajas son elementos comunes. Se busca un equilibrio entre la estética y la funcionalidad.
-
Elementos naturales y orgánicos: Incorporar plantas de interior, ramas, piedras o conchas marinas ayuda a conectar el hogar con la naturaleza y aporta frescura y vitalidad al ambiente.
-
Objetos personales y con historia: Fotografías familiares, libros, objetos artesanales o recuerdos de viajes añaden un toque personal y auténtico al espacio, creando un ambiente que refleja la identidad de quienes lo habitan.
-
Orden y sencillez: Si bien el hygge busca la calidez, no implica el desorden. Un espacio limpio y organizado contribuye a la sensación de calma y bienestar. Se priorizan los espacios despejados y funcionales.
-
Fuego: Una chimenea o incluso unas simples velas agrupadas evocan una sensación de confort y reunión, especialmente en los meses más fríos.
Llevá el hygge a tu casa
Integrar el hygge en tu hogar es un proceso gradual y personal. No se trata de seguir una fórmula estricta, sino de crear un espacio que te haga sentir feliz, seguro y en paz. Algunos consejos para empezar son:
- Priorizá la iluminación: Sumá velas, lámparas de mesa con luz cálida y aprovecha al máximo la luz natural durante el día.
- Agregá texturas suaves: incorporá mantas de lana, almohadones de punto grueso y alfombras mullidas.
- Elegí colores neutros: Pintá tus paredes en tonos claros y utiliza textiles y accesorios en la gama de los blancos, grises y beiges.
- Incorporá elementos naturales: Añadí plantas, madera y otros materiales orgánicos.
- Rodeate de objetos que te hagan feliz: Exhibí tus fotografías favoritas, libros y recuerdos.
- Creá rincones acogedores: Disponé un sillón con una manta y una lámpara de lectura, o un rincón con almohadones en el suelo.
- Fomentá la conexión: Creá espacios que invitan a la conversación y al disfrute en compañía.
El hygge es mucho más que una tendencia decorativa; es una filosofía de vida que nos invita a encontrar la felicidad en las cosas simples, a valorar los momentos de calma y conexión, y a crear hogares que sean verdaderos santuarios de bienestar. Al adoptar los principios de este estilo, podemos transformar nuestros espacios en refugios cálidos y acogedores que nutran nuestro cuerpo y nuestra alma.