Bonart Interior Design e Ignacio Morente transformaron una construcción centenaria en una casa en Barcelona sin muros, ni barreras.
En España, una vivienda centenaria ha sido transformada en un oasis de libertad y amplitud, con una casa en Barcelona sin muros. El proyecto, liderado por Bonart Interior Design y el arquitecto Ignacio Morente, ha derribado los muros físicos y conceptuales para crear un espacio donde la luz, la fluidez y la conexión son los protagonistas.
Sin muros que delimiten usos y con una distribución resuelta a través de plataformas a distintos niveles, esta vivienda de 200 metros cuadrados no entiende de convenciones. Es un espacio flexible, concebido para evolucionar con quien lo habita.
Un lienzo en blanco
El punto de partida fue un edificio histórico con una rica herencia arquitectónica. Sin embargo, su distribución original, con múltiples habitaciones pequeñas y pasillos oscuros, no se adaptaba al estilo de vida contemporáneo. El desafío consistió en preservar la esencia del edificio, respetando sus elementos originales, y al mismo tiempo, crear un hogar moderno y funcional.
El edificio que alberga esta vivienda tiene más de un siglo de historia. Durante décadas, su estructura de esencia industrial quedó relegada al olvido, hasta que el estudio decidió intervenir con un enfoque claro: “La visión del propietario era intervenir lo mínimo posible para preservar la autenticidad del lugar”. Y eso hicieron. Se respetaron las huellas del tiempo, potenciando la estructura original con un diseño sobrio y honesto.
El resultado es un lienzo en blanco donde cada elemento, desde los muebles hasta la iluminación, juega un papel crucial en la definición del espacio.
Es un espacio flexible, concebido para evolucionar con quien lo habita”
La luz como guía
La luz natural es el elemento central de este proyecto. Los grandes ventanales existentes se ampliaron y se abrieron nuevos tragaluces para inundar el interior con luz solar. La ausencia de paredes permite que la luz fluya libremente, creando una sensación de amplitud y calidez.
La iluminación artificial también juega un papel importante. Se ha diseñado un sistema de iluminación indirecta que resalta la belleza de los materiales y crea una atmósfera acogedora. Las lámparas colgantes y los focos empotrados se utilizan para definir áreas específicas y crear puntos de interés visual.
Materiales que conectan
La paleta de materiales elegida para este proyecto es sencilla y elegante. La madera natural, y el acero inoxidable se combinan para crear una sensación de calidez y sofisticación. Los suelos de madera maciza aportan calidez y textura, mientras que la cocina se luce on un diseño de Rosa Mª Zapater y materializada con las soluciones de Modulnova. La misma trasciende la función culinaria para convertirse en un punto de conexión dentro del hogar. “Uno de los mayores retos fue diseñar una cocina que encajara con la arquitectura del espacio sin romper su armonía”, cuentan desde Bonart. La respuesta la encontraron en el Leaf Metal de Modulnova, un material de acabado metalizado con una base innovadora: PET reciclado a partir de tapones de plástico.
El espacio como lienzo en blanco
Con una estructura abierta y sin divisiones internas, esta vivienda desafía la idea de que los espacios diáfanos pueden resultar fríos o impersonales. “Las claves para que un espacio diáfano sea acogedor incluyen el uso de materiales y colores que favorezcan la armonía y la continuidad visual”, explican desde Bonart. Aquí, cada elemento responde a ese principio.
Un hogar sin barreras
Esta casa en Barcelona es mucho más que un proyecto de interiorismo. Es una declaración de intenciones, una apuesta por la libertad y la conexión. La ausencia de muros físicos se traduce en una sensación de libertad espacial y mental. Los espacios fluyen sin interrupciones, fomentando la comunicación y la interacción entre los habitantes de la casa.
La cocina hall, el corazón del hogar, se abre al salón y al comedor, creando un espacio social y multifuncional. El dormitorio principal, sin paredes que lo separan del resto de la casa, se convierte en un refugio íntimo en la planta inferior.
Un legado para el futuro
Este proyecto demuestra que es posible transformar un edificio histórico en un hogar moderno y funcional sin perder su esencia. La clave está en respetar la arquitectura original, aprovechar al máximo la luz natural y crear espacios que fomenten la libertad y la conexión.
La casa en Barcelona sin muros es un legado para el futuro, un ejemplo de cómo la arquitectura puede transformar nuestra forma de vivir y relacionarnos con el espacio, de forma flexible.