Un viaje olfativo a través de las estaciones: creando espacios verdes inclusivos y fragantes.
El tema de este artículo está inspirado sobre todo en las plantas y las experiencias de mi nariz durante de las caminatas. El perfume de los paraísos florecidos, las flores de los limoneros y de arbustos como los azareros. Pero también de los aceites esenciales que desprenden el romero, el orégano, el tomillo, la salvia y el laurel de mi pequeña huerta urbana.
Cuando diseñamos un jardín podemos utilizar entonces un enfoque único que trasciende lo visual: el paisajismo aromático.
Cuando diseñamos un jardín podemos utilizar entonces un enfoque único que trasciende lo visual: el paisajismo aromático.
Aquí nos vamos a enfocar en crear experiencias sensoriales mediante los aromas de las plantas, enriqueciendo así la belleza de los jardines y evocando a su vez recuerdos y emociones.
Los jardines aromáticos no son solo un festín para los ojos, sino un viaje olfativo a través de las estaciones, donde cada aroma cuenta una historia y transforma el espacio verde en un libro vivo para ser “leído” con la nariz.
Primavera hasta invierno: un año de aromas
Cada estación trae consigo un espectáculo de fragancias. Una sinfonía de aromas.
Desde el dulce despertar de la primavera con alhelíes y jacintos, pasando por el verano repleto de arvejillas de olor y alisos dulces, hasta llegar al otoño y el invierno, donde aromas más sutiles como el de la Amaryllis belladona y la Hamamelis mollis prevalecen.
Estas plantas no solo aportan aromas sino también color, textura y un atractivo visual a nuestros jardines.
Principios del diseño aromático
El diseño de un jardín aromático implica una selección cuidadosa de plantas para garantizar una secuencia olfativa durante todo el año y que además, esa sinfonía de aromas que buscamos no se convierta en un conjunto de instrumentos desafinados y fuera de tiempo.
La creación de zonas temáticas basadas en tipos de aroma, como cítricos o fragancias nocturnas, agrega una dimensión de personalización al espacio. Además, la combinación de texturas y colores de las plantas enriquece la experiencia visual.
Inclusión y accesibilidad
Un aspecto esencial del paisajismo aromático es su enfoque en la inclusión de las personas con la visión disminuida y no videntes.
Los jardines aromáticos no son solo un festín para los ojos, sino un viaje olfativo a través de las estaciones.
Cuando atendemos a diversidades funcionales físicas, los diseños deben considerar los caminos amplios y superficies firmes para facilitar el acceso a personas con movilidad reducida.
Las plantas aromáticas a diferentes alturas permiten que todos, incluidas las personas en sillas de ruedas o los niños, puedan disfrutar de los aromas.
Este enfoque inclusivo nos asegura que los jardines sean un refugio de belleza y fragancia para todos, independientemente de sus habilidades físicas y las diversidades mentales o psicológicas.
Ahora te invito a que cerrés los ojos y reconozcás a través de sus aromas, el jardín de tu hogar para luego analizar si también te cuenta una historia a lo largo de las estaciones.
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