Con un fuerte arraigo provincial, pero cruzado por influencias que tienen que ver con el arte y la música, el artista mendocino sorprende con su creatividad que mezcla la ecología, lo pagano y lo mágico.
Por Andrea Alaniz
Federico Calandria no puede encasillarse solo en la ilustración, porque este artista nacido en Mendoza creció profesionalmente con sus obras que se pueden apreciar en muros, historietas, publicidades, esculturas, tapas de discos, cuadros, cuentos y otros formatos y soportes.
Egresado como Diseñador Gráfico en la Universidad Nacional de Cuyo, el dibujante también fue el responsable del arte de la trilogía de la banda local Mi amigo Invencible, trabajo que sirvió para su reconocimiento y proyección nacional.
Me interesa mucho el ser humano, sus problemáticas, su forma de pensar y relacionarse, sus pasiones, sus miedos, sus creencias, sus búsquedas.
Responsable de varias campañas e ilustraciones en distintas publicaciones y para marcas importantes, el entrevistado prefiere no definirse dentro del arte para no condicionarse y seguir conquistando al público con su propuesta innovadora, rupturista y directa.
- Si tuvieras que definir tu arte, ¿te presentarías como artista visual o dibujante o guionista, muralista o, por qué no, un complemento de todos?
Si tengo que definirme digo que soy artista visual, o simplemente artista, porque me da la posibilidad de explorar diversas disciplinas para crear a través de distintos medios, ya sea pintura, murales, cómics, esculturas, instalaciones, animación, etc. También es cierto que la mayoría de mis obras arrancan a partir de un dibujo, también podría definirme como dibujante. De todas formas, yo prefiero no definirme porque eso me condiciona para crear, me gusta que el abanico de posibilidades sea lo más amplio posible.
- El ser humano está presente en tus trabajos, como la ecología, la cultura popular y la libertad, ¿Qué te lleva a moverte entre esos conceptos?
Me interesa mucho el ser humano, sus problemáticas, su forma de pensar y relacionarse, sus pasiones, sus miedos, sus creencias, sus búsquedas. Muchas veces mis trabajos son reflexiones sobre mi experiencia humana en el planeta tierra, lo que voy sintiendo, observando del mundo, tratando de entender cómo funcionan las cosas. Es un intento de comprender y de transformar mi realidad cotidiana.
El tema de la ecología tiene bastante protagonismo en mis obras porque siento que la humanidad se ha desconectado de la naturaleza, se está separando de su esencia natural, hemos perdido el rumbo, estamos alterando el ecosistema y esto afecta al planeta y a nosotros mismos.
Estoy empezando a trabajar en mi próxima novela gráfica con la idea de hacer una película de animación a partir de esa historia.
También la cultura popular es una gran inspiración para mí, es la vida misma representada en la cotidianidad, la creatividad popular es muy poderosa y atractiva, cosas profundas pueden encontrarse en las calles, cosas geniales suceden en lo cotidiano, me gusta estar al tanto de lo que pasa, lo bueno y lo malo, lo absurdo y bizarro de vivir en Argentina, eso me nutre para crear en base a la cultura colectiva local.
- El año pasado presentaste El Salto de Helena, una historia mágica, con bajada local y una vinculación con lo pagano, ¿Qué influencias te llevaron a crear ese mundo en donde está hasta la Difunta Correa?
El libro está inspirado en mi infancia en Mendoza en los años 80, la historia, si bien es ficción, tiene el clima que viví en esos años, la música, los paisajes, mi mundo de imaginación volcado al juego, al dibujo y a explorar la naturaleza. Yo soy devoto de la Difunta Correa, me ayudó en una oportunidad y siempre la incorporo en mis trabajos en forma de agradecimiento, al igual que el Gauchito Gil, San La Muerte, San Expedito y otros santos populares, me interesa mucho el misticismo, y combinado con la cultura popular me parece una mixtura fascinante.
- Tu trabajo está presente en la música, las revistas y también en reconocidas marcas y empresas; cuando te contratan ¿vos propones libremente a partir de lo que ellos necesitan comunicar o trabajas bajo las condiciones y directivas de quien busca tu arte?
En general cuando me contratan ya conocen mis trabajos, saben por dónde va mi línea y mi estilo, en base a eso charlamos con los clientes lo que tienen en mente, después lo utilizo como disparador, me gusta trabajar con libertad, proponer ideas, ir eligiendo las opciones que más representen a ambas partes. Mientras más libertad me den y más confíen en mí, mis trabajos probablemente salgan mejores resultados, sí quieren imponer sus ideas es probable que entorpezcan la tarea creativa afectando el resultado. La idea es que ambas partes queden conformes, eso se da a través de la confianza, la buena comunicación y el respeto por el trabajo de ambos lados.
- ¿Qué proyectos se vienen en lo que resta del año y a futuro?
De acá a fin de año voy a tener mucha actividad, tengo un par de muestras en Mendoza y otra en Buenos Aires, seguir pintando cuadros y murales como siempre, tengo algunas intervenciones urbanas para producir. Trabajando en el volumen 2 de Mundo Humanoide, un libro de humor gráfico e ilustración, ya tengo bastante material. También estoy empezando a trabajar en mi próxima novela gráfica con la idea de hacer una película de animación a partir de esa historia. Siempre estoy con muchas ideas y proyectos latentes para desarrollar, que van saliendo a la luz cuando se da el momento y la oportunidad.
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