También conocida como Cork House, una edificación ecológica se levanta en medio del bosque. Cómoda, cálida y con buena acústica.
En una de las islas del Támesis, muy cerca de Windsor, en Inglaterra, un estudio de arquitectura ha construido una casa enteramente hecha de corcho en mitad de un bosque. Este proyecto ecológico y sostenible recibió uno de los premios verdes de la prestigiosa RIBA (Royal Institute of British Architects) en 2019.
La casa está compuesta por 268 bloques que forman pequeñas torres de corcho en una de las islas que bordean el Támesis, con vistas a la silueta gótica del elitista colegio de Eton.
Consta de cinco volúmenes coronados por tragaluces piramidales, con paredes monolíticas y techos acanalados.
El corcho es un material biodegradable totalmente sostenible y la casa es prefabricada y se puede desmontar fácilmente y ser reciclada o compostada.
La madera y los cimientos de acero completan la estructura de corcho de la construcción, que debe ser ensamblada a mano. Las paredes son muy cálidas al tacto y la acústica es muy suave, y esto es gracias a este material de origen vegetal.
Según el jurado de RIBA: “Todos los componentes se pueden reutilizar o reciclar, y los bloques de corcho expandidos se han hecho utilizando subproductos y desechos de la industria forestal y la industria de tapones de corcho. Internamente, los elementos biofílicos como el corcho expuesto y los pisos de roble capturan la luz y crean una experiencia sensorial maravillosamente tranquila. En verano, los tragaluces se abren para brindar una sensación de ligereza al espacio y en invierno los interiores ajustados emanan calidez y protección”. Poco más se puede pedir a una estructura que emite cero carbono.