Te acercamos consejos importantes para reducir al mínimo la contaminación acústica de tu casa, y además, promover el descanso reparador.
Cuando hablamos de contaminación, la mayoría de las veces lo primero que acude a nuestra mente es todo lo referente a la conscientización medioambiental y al reciclaje; sin embargo, existe otra tipología a la que a menudo no se le da la debida importancia. Nos referimos a la contaminación acústica.
Muchas personas no tienen en cuenta el impacto que unos niveles de ruido elevados pueden tener en nuestra salud.
Sin ir más lejos, nuestro estrés se puede llegar a disparar en situaciones que nos agobien acústicamente, con todas las problemáticas asociadas que esto representa (entre otros, problemas cardiacos). Eso sin contar que un entorno particularmente ruidoso no contribuye a nuestra felicidad, sino todo lo contrario; no es casualidad que en lugares como los hospitales se exija un tono de voz que no perturbe la calma de quienes están allí, tanto internados como el personal.
Si bien no podemos intervenir en muchas de las fuentes externas que ocasionan ruido, como por ejemplo el tráfico, sí que podemos esforzarnos por conseguir un hogar con los menores niveles de ruido posibles, de manera que creemos un entorno relajante y agradable. Existen muchas formas de conseguir que nuestra casa sea un lugar más silencioso; si bien podemos pedir la ayuda de un profesional para que nos ayude a realizar un aislamiento completo de nuestro hogar, nosotros también podemos aplicar medidas para incrementar los niveles de aislamiento acústico. No permitir que el ruido se cuele por los huecos de las puertas o de las ventanas y utilizar un material como el caucho para revestir las cañerías nos ayudarán notablemente en la tarea.
Otro aspecto esencial es que nuestro equipo de aire acondicionado no suponga un ruido ambiental extra que perturbe nuestra tranquilidad en el hogar. Actualmente existen sistemas de climatización que mantienen al mínimo los niveles de ruido, de manera que resulten imperceptibles, y aun así sigan siendo igual de eficaces regulando la temperatura. Es necesario controlar que, en general, los electrodomésticos que se adquieran no contribuyan a aumentar la contaminación acústica, sino todo lo contrario.
Cerciorarse de que alarmas, celulares y timbres no funcionen con l máximo de su volumen. A la noche es importante poner en silencioso aquellos artefactos que no necesitemos que se activen a la hora del descanso.
De este modo, lograremos que llegar a casa constituya una especie de oasis donde el relax y la tranquilidad estén garantizados. Adaptar el hogar para este fin sólo aportará beneficios a nuestra salud, como la mejora del sistema inmune, el descenso drástico del estrés y que podamos dormir mejor y recargar las pilas para la siguiente jornada.