Las históricas piezas de vidrio, las paredes de pavés vuelven con fuerza para transformar espacios, aportando luz, privacidad y un toque de sofisticación.
El mundo del diseño de interiores es un constante vaivén de tendencias, donde lo clásico se reinventa y lo olvidado resurge con un nuevo aire. En este ciclo, las paredes de pavés, esos bloques de vidrio translúcido que alguna vez adornaron escaleras de edificios industriales y fachadas de casas de los años 70, están viviendo un renacimiento espectacular. Lejos de su imagen antigua, el pavés se ha convertido en la nueva obsesión de interioristas y arquitectos, quienes ven en él una solución versátil y estéticamente potente para crear ambientes únicos.
Las paredes de pavés, grandes aliadas
La principal virtud del pavés reside en su capacidad para permitir el paso de la luz natural sin sacrificar la privacidad. Esta cualidad lo convierte en un aliado invaluable en espacios con poca iluminación o en aquellos donde se busca separar ambientes sin crear barreras visuales opacas. Imaginá un baño con una pared de pavés que deja pasar la luz del sol pero resguarda la intimidad, o una cocina que se abre sutilmente al comedor a través de una partición que filtra la luz. Las posibilidades son infinitas.
Pero la atracción por el pavés no se limita a su funcionalidad. Su estética ha evolucionado notablemente. Hoy en día, el mercado ofrece una amplia variedad de formas, texturas y tonalidades que permiten adaptarlo a cualquier estilo decorativo. Para un ambiente de estilo industrial, los bloques de pavés tradicionales con su acabado rugoso y transparente son ideales, combinando a la perfección con estructuras metálicas y hormigón visto. Si se busca una estética más minimalista y contemporánea, existen opciones de pavés con acabados pulidos y semitransparentes que aportan una sensación de ligereza y modernidad. Incluso para espacios con un toque boho o rústico, se pueden encontrar pavés con patrones orgánicos o ligeramente coloreados que complementan la calidez de la madera y las fibras naturales.
Audaz y creativa
En el diseño de interiores actual, el pavés no se limita a ser una simple pared divisoria. Se está utilizando de maneras cada vez más creativas y audaces. ¿Qué tal una barra de cocina revestida con pavés para un efecto retro futurista? O quizás un cabecero de cama que, más allá de su función decorativa, permita el paso de la luz desde una ventana adyacente. Las duchas de obra con paredes de pavés son otra tendencia alza, creando un ambiente de spa luminoso y elegante. Incluso se están viendo aplicaciones en mobiliario, como estantes o mesitas auxiliares que juegan con la transparencia y el reflejo de la luz.
La versatilidad del pavés también se extiende a su instalación. Si bien es un material que requiere cierta precisión, su proceso es relativamente sencillo para profesionales, y el resultado final es una estructura robusta y duradera. Además, su mantenimiento es mínimo, lo que lo convierte en una opción práctica para el hogar moderno.
La capacidad de esa apuesta, para fusionar luz, privacidad y estilo, sumado a la creciente variedad de opciones estéticas, lo posiciona como un material clave para aquellos que buscan crear espacios originales, funcionales y llenos de encanto. No es de extrañar que sea la nueva obsesión de los interioristas: el pavés es mucho más que un bloque de vidrio; es una declaración de diseño.