Cuando 11 m² son sinónimo de estilo y vistas de ensueño, significa que la mini casa de madera en Malibú de Jenny Kozena, superó las expectativas. Conocela.
Jenny Kozena, la diseñadora de interiores revoluciona el concepto de vivienda con una mini casa de madera en Malibú, demostrando que el lujo no se mide en metros cuadrados, sino en ingenio y buen gusto.
En el vibrante paisaje costero de Malibú, donde las mansiones suelen dictar la norma, surge una propuesta que desafia las convenciones y redefine el significado de un hogar: una mini casa de madera de tan solo 11 metros cuadrados. Lejos de ser una limitación, este diminuto espacio se ha transformado en un verdadero éxito del diseño, gracias a la visión y el talento de la diseñadora de interiores Jenny Kozena . Su creación no solo es un refugio con espíritu vintage y una vista de ensueño, sino una declaración audaz: se puede vivir con poco espacio y muchísimo estilo.
“La estructura, de madera, se integra de manera armónica con el paisaje”
Kozena, conocida por su habilidad para maximizar cada rincón y dotar de personalidad hasta el más mínimo detalle, se embarcó en este proyecto con la premisa de crear un hogar funcional, estético y, sobre todo, inspirador. La elección de la madera como material principal no es casual; aporta calidez, sostenibilidad y una conexión inherente con el entorno natural de Malibú. Las paredes, el techo y gran parte del mobiliario integrado están confeccionados con este noble material, creando una atmósfera acogedora y envolvente que invita a la relajación y al disfrute.
Distribución inteligente
El verdadero secreto de esta mini casa radica en su distribución inteligente y la maestría con la que Kozena ha optimizado cada centímetro. Cada elemento cumple una doble función, cada mueble está pensado para el máximo aprovechamiento. La cama se transforma en sofá, la mesa de comedor se pliega contra la pared, y los estantes flotantes se elevan hasta el techo, liberando espacio en el suelo. Los colores claros predominan en el interiorismo, ampliando visualmente el espacio y potenciando la luminosidad natural que se filtra a través de los amplios ventanales.
Una mini casa conectada
Pero lo que realmente eleva a esta tiny house a la categoría de joya arquitectónica es su conexión ininterrumpida con el exterior. Ubicada estratégicamente, la mini casa ofrece una vista soñada del océano Pacífico, una postal que se convierte en parte integral de la experiencia de habitarla. La terraza, aunque pequeña, funciona como una extensión del espacio interior, permitiendo disfrutar de atardeceres inolvidables y la brisa marina. Es en esta simbiosis entre lo diminuto y lo grandioso donde reside la magia de la propuesta de Kozena.
Tamaño potenciado
La estructura, de madera, se integra de manera armónica con el paisaje y está ubicada a solo 15 metros de la casa principal.Tiene un diseño simple pero encantador, con una zona habitable eficiente y perfectamente distribuida. ¿Qué incluye? Un dormitorio en altura, cocina equipada, living y comedor. Todo, en apenas 11 metros cuadrados.
Sin dudas, esta propuesta no es solo una tarea de diseño; sino un manifiesto de un estilo de vida consciente, que valora la simplicidad, la belleza y la conexión con la naturaleza por encima del exceso. Jenny Kozena no solo ha construido una casa; ha creado un modelo a seguir, demostrando que la felicidad y el buen gusto no tienen límites de tamaño, solo de imaginación. Este pequeño santuario de madera es un recordatorio de que, a veces, menos es realmente mucho más.