Chozos Resort. Casas y alojamientos de arquitectura ancestral andina

Emplazado en Dragonback Estate, Luján, emerge Chozos Resort. Un proyecto diseñado por el talentoso artista Sergio Roggerone, junto a Armentano Desarrollos Inmobiliarios y Young Woo & Asociados.

“Los Chozos parte de la idea de una búsqueda histórica, sobre la arquitectura mendocina”

Una metáfora visual perfecta. Un escape en el tiempo en donde la identidad primigenia que define nuestras raíces encuentra concepto, arte y forma proyectados en la arquitectura ancestral andina. Así se descubre “Chozos Resort”, quince casas y alojamientos de lujo, situados al pie de la Cordillera de los Andes, acodadas en increíbles viñedos en “Dragonback Estate”, Alto Agrelo, Luján de Cuyo. Una ubicación estratégicamente pensada para recorrer las mejores bodegas de la zona y Valle de Uco.

Arquitectura histórica de Chozos Resort

Inspirado por las raíces de la arquitectura andina, el proyecto es una pieza de arte diseñado por el talentoso artista local Sergio Roggerone junto a Armentano Desarrollos Inmobiliarios y Young Woo & Asociados.

Chozos Resort es una forma de encarnar la herencia de los Huarpes, recreando su sabiduría y convirtiéndola en verdaderas obras de arte. Estos pueblos construyeron ingeniosamente sus casas circulares con techos de caña, barro, paja y piedra. Algo cuya identidad fue rescatada por Roggerone que logró en cada chozo, un diálogo perfecto entre materialidad, raíces e identidad que definen a la arquitectura andina.

Estas casas de lujo cuentan con unidades de una y de dos habitaciones con cocina, terraza con vistas a la cordillera, fogonero y minipiscina. Hay en total quince Chozos de uno y dos dormitorios, y cuatro ”Glam Camps”.

Una apuesta entre grandes

Al haber crecido en Argentina, Young Woo (uno de los fundadores de Young Woo & Associates) volvió y deseó crear algo especial. Inspirado por su pasión por el arte, el vino y la naturaleza, junto a Margarette Lee (su socia) detectó el potencial de Dragonback Estate, e invirtió en esta finca de viñedos que, con sus 820 hectáreas cultivadas, se transformó en el mejor lugar imaginado. Un tiempo después, la desarrolladora se interesó por trabajar con Nicolás Armentano (Armentano Desarrollos Inmobiliarios) y así apostaron a dar vida al proyecto.

En la búsqueda de un referente para el diseño del proyecto se contactó a Sergio Roggerone, distinguido artista plástico, arquitecto e interiorista mendocino, quien colaboró estrechamente con su investigación, mirada, e ideas en la creación de Chozos Resort.

Chozos Resort, donde nace la vid, se respira vino e inspira arte

A través de lo arquitectónico, se intentó hacer visible el legado de nuestros antepasados, tomando a los Uros y a los Huarpes como referentes.

Estructuras ancestrales: Los Uros, pueblos originarios del norte de Bolivia y parte de Perú, vivían justamente en chozos, unas bóvedas de barro y paja. Al igual que los Huarpes, pueblo indígena de la región de Cuyo, poseían una fuerte relación con el medio que habitaban. Estos últimos, utilizaban las laderas como paredes, la piedra de la montaña, y en las proximidades de las lagunas hacían sus chozos con ramas, palos, pasto y totora. Sin embargo, en Los Chozos no usaron adobe como se hacía antiguamente, sino una estructura metálica, hierro, hormigón, y piedra propia de Mendoza, que ayudaron a imitar la arquitectura vernácula. Las cúpulas, de más de cuatro metros de altura son, sin lugar a duda, lo más representativo y llamativo del proyecto.

Sergio Roggerone y su arte arquitectónico

Inspirado por las raíces de la arquitectura andina, el proyecto es una pieza de arte diseñada por el talentoso artista plástico Sergio Roggerone, referente indiscutido de arte, arquitectura e interiorismo.

Con la pasión en cada una de sus palabras a la hora de describir la idea fuerza del proyecto, Roggerone contó sobre su entrega y visión a la hora de emprender esta obra: “el concepto básico del que partí fue usar la arquitectura de esta finca para que respondiera a cánones arquitectónicos vinculados al bagaje cultural, a nuestras raíces. Ello derivó en una investigación ardua sobre arquitectura andina, y su revalorización en esta propuesta. Destaco y agradezco especialmente la guía en mi investigación, de la arquitecta Eliana Bórmida, un verdadero faro”.

¿Cómo fue el proceso?

Los Chozos parte de la idea de una búsqueda histórica sobre la arquitectura mendocina. Es decir, toda la arquitectura que viene del norte de la cordillera de Los Andes, que es la que nos heredan Los Uros. Este tipo de estructuras están inspiradas en las técnicas utilizadas por estas etnias nativas, que se encuentran cerca del lago Titicaca, en Bolivia. Este estilo de arquitectura tuvo influencia por toda la cordillera, y sus huellas se pueden observar en toda la provincia. La estructura de los chozos remite a las viviendas de los Uros que tienen forma de bóveda, es decir de cúpula. En Mendoza nos quedan de testigo sólo las Bóvedas de Uspallata.

De allí la importancia que exigió una investigación y búsqueda de materialidad e interiorismo por parte del artista, cuya sinergia comunicativa debía vincularse a la esencia de aquel tipo de construcciones.

¿Qué materiales se utilizaron?

Busqué rescatar técnicas antiguas traídas a la Argentina como, por ejemplo, el uso del calicanto que se ve en Grecia, España, Italia, y aquí lo trajeron los jesuitas en el 1600. Esta fusión se aprecia en la construcción de la totalidad de cada casa, en donde las bases son de calicanto y las cúpulas, inspiradas en los chozos andinos.

El calicanto está compuesto por cal y canto rodado, de ahí que tomé esas dos técnicas para desarrollar este proyecto, con un concepto de plástica ancestral histórica de Mendoza.

¿Cómo se trabajó en el caso de los “glamping”?

Trabajé con la misma cúpula del chozo, pero cortada, es decir acostada e íntegramente cubierta por el lado de adentro con totora, envuelta en chorizos de alambre realizados manualmente. Una manera de emular a las antiguas canoas de las lagunas de Huanacache del lago Titicaca. Se me vino a la cabeza hacer una especia de canoa invertida con la analogía casi, de estar durmiendo bajo esa canoa.

“Nada está puesto al azar, tiene que ver con lo nuestro… lo que yo llamo un “interiorismo emocional”

Interiorismo emocional Chozos Resort

En cuanto al interiorismo, Roggerone hace hincapié en su trabajo en el chozo número ocho, de dos habitaciones, cuyo interior fue pensado y trabajado desde la belleza y cercanía con lo artesanal y referencial autóctono. Una vinculación que el artista e interiorista logró plasmar a la perfección, con evocaciones emocionales que desde allí se desprenden.

“La cúpula de este chozo está pintada en dorado, con una gran araña en hierro, con hojas de parra y racimos de uva trabajados con metales y mimbre. Se suman una recolección de textiles y muebles antiguos. Las tonalidades elegidas son el blanco, el negro y el oro. Se suman los crudos en los cabeceros de cama realizados en chenille de terciopelo de seda”, detalló.

Hay una cortina especial, también vinculada a lo autóctono…

Tal cual. Se trata de una cortina de fibra de lampazo típico nuestro, de cuatro metros de alto. La misma abraza y cubre la espalda de un gran sillón protagonista.

En este desafío nada está puesto al azar, tiene que ver con lo nuestro…lo que yo llamo un “interiorismo emocional”.

Una metáfora visual que invita a la conexión

En tiempos de premuras sin sentido, la simplificación en cada aspecto de la cotidianidad y la forma de vivir y mirar la vida, Los Chozos Resort emana como pausa, que invita a una conexión natural diferente: una mirada y cobijo en las raíces, una “forma de ser y estar en el mundo” más enraizada en la esencia que nos define, lo ancestral.

FICHA TÉCNICA

Proyecto: Chozos Resort
Lugar: Dragonback, Alto Agrelo, Luján de Cuyo
Desarrolladoras: Young Woo & Associates/ Armentano Desarrollos Inmobiliarios
Diseño, idea creativa e interiorismo: Sergio Roggerone
Fotografía Chozo número 8: Luis Guiñazú Fader.