Los espacios intermedios unen diferentes áreas de un edificio o entorno y suavizan la experiencia de movimiento de una habitación a otra. Por eso, la manera en que se diseñan puede influir en la percepción y el flujo del usuario a través del entorno arquitectónico.
Los espacios intermedios a menudo tienen una versatilidad funcional que les permite adaptarse a diversas actividades. Pueden servir como áreas de descanso, lugares de encuentro informal o incluso como extensiones de actividades específicas. Este aspecto multifuncional puede ser aprovechado para optimizar el uso del espacio y fomentar la interacción social.
Algunos espacios intermedios se diseñan para integrarse con la naturaleza circundante. Jardines internos, patios y atrios son ejemplos de cómo la arquitectura puede abrazar elementos naturales, proporcionando no solo un ambiente estéticamente agradable sino también mejorando la calidad del aire y la iluminación.
La flexibilidad en el diseño de los espacios intermedios permite adaptarse a las cambiantes necesidades y usos a lo largo del tiempo. Esto es especialmente relevante en entornos comerciales y de trabajo, donde la capacidad de modificar y reconfigurar estos espacios puede aumentar la eficiencia y la productividad.
Los espacios intermedios también ofrecen oportunidades para crear experiencias sensoriales únicas. A través de la elección de materiales, iluminación y diseño acústico, se puede influir en la percepción y el estado de ánimo de quienes utilizan esos espacios, contribuyendo así a una experiencia más rica y significativa.
La consideración de aspectos sostenibles en el diseño de espacios intermedios puede tener un impacto significativo. La implementación de sistemas de iluminación natural, ventilación cruzada y el uso de materiales que contribuyen a la eficiencia energética y al bienestar general de los ocupantes.
Manifesto City, por Lacaton & Vassal, es una vivienda colectiva en la ciudad de Mulhouse, Francia. El objetivo fue producir viviendas de calidad, que con el mismo costo tienen la misma superficie que las unidades que usualmente se producen.
El punto de partida es la construcción de una estructura y un cerramiento simple, económico y eficiente. Esta premisa determina maximizar el área construida. En el nivel de acceso, una estructura de pilares y vigas de hormigón armado, sustentan una plataforma que se eleva tres metros, en la cual se disponen una serie de invernaderos con estructura de acero galvanizado y cerramientos de policarbonato.
El edificio de oficinas, construido por Arquitectos RMA en India, muestra una doble piel. La piel interior del edificio es una estructura de hormigón armado, con ventanas de aluminio. La fachada exterior se compone de un enrejado de aluminio fundido con bandejas hidropónicas integradas, que permiten el crecimiento de una gran variedad de especies de plantas.
El enrejado también tiene un sistema de riego integrado para controlar y regular la cantidad de agua liberada a las plantas y cada una de las bandejas. La fachada se inspira en la idea de una doble piel que permite una modulación de la luz y el aire a través del edificio.
La Escuela FDE, por los arquitectos Angelo Bucci y Alvaro Puntoni, se erige en la ladera de uno de los barrios del municipio de Tremembé. Su geometría plantea una coronación horizontal que se va desdibujando de arriba hacia abajo, dando lugar a tres plataformas escalonadas que albergan espacios cubiertos y descubiertos adaptándose a la topografía. Las aulas fueron organizadas en un solo nivel alto, con galerías de acceso perimetrales junto a las fachadas este y oeste para dar a conocer el paisaje y revelar los espacios internos de la escuela.
Estas galerías atraviesan toda la extensión del terreno perfectamente horizontal por sobre las variaciones de nivel que marcan los tres patios en el terreno. Las dos fachadas longitudinales y las galerías están protegidas por paneles de madera y minimizan el impacto del sol y la lluvia.
