Aunque muchas veces se apoyan en una pared, los sofás pueden dejar espacios que pueden usarse creativamente. Te contamos algunos tips en esta nota.
No siempre un sofá debe ir apoyado contra un muro, a veces los espacios de una vivienda permiten otras ubicaciones que dejan el mueble con otras posibilidades de uso.
De manera decorativa y estética, el lugar que queda detrás de un sofá puede ser ocupado para agregar estilo al ambiente o para ganar metros en una habitación.
Los espacios de una vivienda permiten otras ubicaciones que dejan el mueble con otras posibilidades de uso.
Un espacio para los libros
Este proyecto busca delimitar la zona de estar como un espacio compartido. El sofá rinconero de gran tamaño es la pieza principal del living, pero presenta una opción creativa de sumar, en su parte trasera una biblioteca.
Este nuevo muebles tiene estantes cerrados en la parte que coincide con la altura del sofá y estantes abiertos en la zona superior, lo que otorga fluidez visual.
Aparador cercano
En un espacio amplio, donde existe la posibilidad de sumar varios sofás -ninguno de ellos apoyados a una pared- se decidió sumar un aparador que, junto con una estructura de listones de madera, delimita el espacio entre el living y el comedor.
De manera decorativa y estética, el lugar que queda detrás de un sofá puede ser ocupado para sumar estilo al ambiente.
Sofá contra sofá
Una solución creativa y en la misma línea de la tendencia de no apoyar los sofás contra paredes, es unir dos muebles. La idea es crear dos zonas de estar con usos diferenciados.
Un estante y mesa de apoyo
Un sofá rinconero sirve, en este caso, para delimitar el ambiente del living y el comedor. El espacio es más acotado por lo que se decide usar un lateral del mueble, con un estante que sirve como mesa auxiliar de apoyo.