Esta vivienda, creada por el equipo No Architecture, surgió de la planificación de un “plan matriz” que busca conectar espacios y ambientes de una manera única.
En una torre del West Village de Manhattan en Nueva York, el equipo de arquitectos del estudio No Architecture creó una estructura inspirada en una versión muy personal de casas del árbol.
Con el fin de reducir el volumen del jardín sin sacrificar sus cualidades, insertaron dos “casas árbol” conectadas por una escalera de caracol autoportante.
Para este trabajo, los profesionales combinaron dos unidades. Por un lado rediseñaron todos los espacios en un “plan matriz” cohesionado y, por otro, insertaron un jardín que relaciona el interior con el río Hudson adyacente.
Plan Matriz
Esta planificación evita la ineficacia espacial y el aislamiento social garantizando que todos los espacios adyacentes permanezcan interconectados.
La vivienda, con cuatro dormitorios y cuatro baños, presenta varias posibilidades de uso y, estos espacios también llamados “cámaras” dan la opción de posibilidades abiertas y definidas por el usuario.
Paredes operables
Los habitantes de esta casa tan particular se transforman en codiseñadores que deciden el uso de los espacios. Un sistema de “paredes operables” hechas a medida dan lugar a distintos grados de privacidad y conectividad.
Enormes estanterías móviles median en los umbrales de los ambientes. Una pared con riel incorporado cuelga y gira 360 grados permitiendo nuevas opciones.
Un pasillo detrás de una de las “cámaras” de la casa también se esconde en ciertos momentos del día. Las puertas aparecen como continuaciones a toda altura de los paneles de abeto que se extienden por todo el edificio.
Ahora las paredes, a través de estas interacciones múltiples, ya no funciona como separación sino como conexión.
Para este trabajo, los profesionales combinaron dos unidades: un plan matriz y un jardín de enormes dimensiones.
Particular jardín
El espacio de doble altura cuenta con una “locura de jardín”, como le llaman sus propios creadores. Este lugar sigue el cuestionamiento de la naturaleza fundamental de la “partición”.
A través de paredes de cristal de 6 metros, este lugar verde se abre a la ciudad exhibiendo las enormes proporciones del nuevo espacio.
Uno de los aspectos más llamativos de la construcción es que con el fin de reducir el volumen del jardín sin sacrificar sus cualidades, insertaron dos “casas árbol” conectadas por una escalera de caracol autoportante.
Son plataformas elevadas en forma de hamaca que revelan nuevas perspectivas, incluidas vistas directas del agua.