Valentina Monteverdi y Camila Alonso hablaron de su profesión y contaron su experiencia en un segmento que crece día a día en Mendoza.

Por Andrea Alaniz

Con una tendencia de la arquitectura comercial que busca la armonía entre el diseño del entorno y el diseño local, dos jóvenes profesionales mendocinas relataron su experiencia y el desafío constante de crear nuevos emprendimientos comerciales.

Valentina Monteverdi y Camila Alonso, se atreven con su impronta a proyectar y concretar espacios novedosos aplicando toda su experiencia y talento.

Formación profesional

Valentina nació en una familia de arquitectos y constructores y, desde pequeña, acompañó a su padre para empaparse del lenguaje constructivo de sus tíos y abuelos. Estudió Arquitectura en la Universidad de Mendoza junto a su hermana Sofía. En un viaje a México descubrió el sentido y la pasión por la carrera, según las palabras de la entrevistada.

“Quizá me encontré en la maduración justa para afirmar que el camino que había elegido era el correcto y que me movían intangibles más allá de lo que significaba seguir un legado familiar. Hoy puedo decir que trabajo de lo que me apasiona y que mi evolución personal está ligada a un fuerte deseo por dejar una huella en el entorno en el que me desempeño”, aseguró la profesional.

Por su parte, Camila Alonso Marchesi, también estudió Arquitectura en la Universidad de Mendoza y se dedica exclusivamente a la arquitectura comercial-corporativa. Con una vasta experiencia en emprendimientos provinciales inmobiliarios, comerciales, institucionales y educativos, la profesional sigue involucrada en proyectos novedosos en distintos puntos de la provincia.

“A través de estos años he tenido la posibilidad de participar en equipos interdisciplinarios de trabajo con gerentes comerciales, estudios de administración, contables y empresas constructoras, donde he podido combinar el trabajo de arquitectura comercial de clientes particulares y empresas privadas con proyectos de grandes desarrollistas y grupos o individuos inversores”, expresó la arquitecta.

¿Qué es la arquitectura comercial?

Valentina Monteverdi aseguró: “Podría decir que es la creación de un espacio que sea funcional al cliente y además represente de la mejor manera, la identidad de la marca. Hay dos instancias, la primera tiene que ver con desarrollar el hábitat del entorno en donde van a operar los comercios, eso abarca los servicios afines como núcleos sanitarios, espacios de parking, de circulación y la cáscara que luego será ofrecida a distintas marcas para que operen.  La segunda instancia, es el desarrollo arquitectónico con la imagen de la marca adaptado al espacio adquirido”.

¿Qué se tiene en cuenta al momento de crear un local comercial?

En este sentido, Camila Alonso aseguró: “Al momento de proyectar un local comercial hay varios puntos/conceptos a tener en cuenta y están estrechamente ligados a la imagen de marca/identidad y al desarrollo de la estética pretendida a través del uso de los materiales, la colorimetría, acabados, arquigrafía e iluminación, al equipamiento necesario y a la función/uso/destino y actividad comercial a llevarse a cabo allí.

Es fundamental, que todos los elementos que se pretende utilizar además de resolver funcional y estéticamente al proyecto, permitan asegurar una buena respuesta del conjunto al paso del tiempo y al alto tránsito propio del uso público.

Debe conocerse el lugar donde se va a implantar el local para tener en cuenta posibles variables como la existencia de un reglamento interno que establezca pautas de diseño o instalaciones a respetar. El fin último de un proyecto comercial es asegurar una adecuada toma de partido dimensionando correctamente todas las superficies de uso y proponiendo una materialidad específica que asegure la buena vejez de todos los componentes del conjunto”.

Valentina Monteverdi, desde su experiencia, argumentó: “El espacio diseñado tiene que acompañar al cliente en su experiencia de compra. Debe reflejar de la mejor manera la identidad de la marca.  El mayor desafío de la arquitectura comercial es lograr una armonía entre el diseño del entorno y el diseño del local. Eso implica adaptar el diseño a un espacio previamente definido, respetando los lineamientos establecidos por el desarrollo. Se requiere mucha cintura y creatividad”.

¿Cómo se desarrolla en Mendoza la arquitectura comercial?

Desde su experiencia personal Camila Alonso dijo: “En líneas generales es un segmento que siempre está en movimiento y en crecimiento, en mayor o menor medida. Relacionado a los periodos con buena o regular situación económica del país, se perciben ciclos de mayor o menor intensidad, pero siempre es una actividad que presenta oportunidades laborales. Mendoza no es la excepción y en los últimos años se viene observando un gran crecimiento de la arquitectura relacionada al destino comercial, donde se destacan los locales y complejos relacionados a la gastronomía, en mayor porcentaje.

Actualmente en la provincia, la ejecución de stripcenters o complejos de locales de chica y mediana escala, representan una de las inversiones comerciales más elegidas y populares a la hora de pensar un negocio de rentabilidad a mediano plazo (5-10 años).

Además, se evidencia un impacto súper positivo en el turismo y el crecimiento de la gastronomía que son propuestas atractivas tanto para residentes como para extranjeros. Por último, cabe destacar que la incorporación del rubro de la salud dentro del esquema de estos complejos actualmente representa una de las mejores estrategias complementarias al tenant mix comercial”.

 Un proyecto en común

Valentina Monteverdi y Camila Alonso fueron convocadas por la familia Pescarmona para encabezar un proyecto en el corazón de Godoy Cruz. Se trata de Planta Uno recientemente inaugurado y que comenzó a proyectarse en 2020 en plena pandemia por el coronavirus.

Valentina, a cargo del proyecto recordó: “Nosotros heredamos unos galpones que pertenecían a la industria metalúrgica Pescarmona y la base del proyecto estaba anclada a darle un destino comercial a unas naves existentes, y a refuncionalizar lo que era la estructura de este lugar. Fue algo desafiante y es la primera vez que participo en la creación del proyecto arquitectónico y luego en la dirección de obra. Planta Uno es el resultado del trabajo de un equipo multidisciplinario que supo articular todas las áreas involucradas y donde todos tuvieron voz tanto en el diseño como en la construcción y dirección”.

Desde su cargo de asesora en arquitectura comercial, Camila Alonso expresó: “Este proyecto se reconoce como un espacio nuevo dentro de la traza de la ciudad que creemos se está convirtiendo en un nuevo hito de la vida mendocina, por lo cual es una alegría y un orgullo enorme haber formado parte del equipo interdisciplinario de trabajo que llevó a cabo el desarrollo de los planos de proyecto ejecutivo y la ejecución de obra, bajo el liderazgo de Sofía Pescarmona, la constructora Monteverdi con Valentina como jefa de obra, el gerenciamiento de Sposito & Asociados a través de Jorge Lazo, y la asesoría de estética integral de la arquitecta Anne Bazan”.

Un nueva propuesta comercial

“Creemos que para que este proyecto fuera viable había que generar una propuesta rica en contenido y cuyos valores permitan potenciar todas las propuestas comerciales entre si y hacerlas parte de un conjunto con identidad propia, logrando de esta manera un espacio fresco, vivo y de encuentros.

Un espacio urbano alimentado por un mercado gastronómico y de diseño, donde pudieran llevarse a cabo programas culturales y de entretenimiento conjugados con espacios de trabajo y la dinámica propia de un paseo comercial con grandes superficies verdes”, cerró Camila.

Fotos: Agustín Sosa

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