Frente a los cambios climáticos y la contaminación ambiental, una corriente de diseñadores y consumidores se movilizan para crear conciencia sobre la “moda rápida”.
Distintos movimientos ecológicos alrededor del mundo invitan a cambiar hábitos con respecto a ciertas sustancias y productos no biodegradables. El cuidado del medio ambiente prima sobre el consumismo indiscriminado en la moda.
El sistema de moda considerado como una industria creativa, integra factores económicos y culturales que cambian de acuerdo a las tecnologías.
Fast fashion o moda rápida
En el mundo del diseño de indumentaria sucede algo similar con la llamada “Fast Fashion” o moda rápida. Esto quedó reflejado durante 2022 cuando, en el Desierto de Atacama (Chile), se encontraron millones de prendas usadas y abandonadas como basura.
Este nuevo término se refiere a un modelo de diseño, manufactura y mercadeo que se centra en la producción y distribución de altos volúmenes de prendas de vestir utilizando materiales de baja calidad y a bajo costo para que lleguen a todos los públicos.
El diseñador de moda y docente en la Universidad de Arte de Londres, Santiago Romero aseguró que el sistema de moda considerado como una industria creativa, integra factores económicos y culturales que cambian de acuerdo a las tecnologías.
Comprar para “encajar”
La Revolución Industrial permitió que las personas que no se encontraban dentro de la “élite” pudieran acceder a las nuevas tendencias: “El fenómeno nació en la postguerra relacionado a la clase media y su deseo de consumir más y acceder a nuevas modas”, aseguró el diseñador.
Se refiere a un modelo de diseño, manufactura y mercadeo que se centra en la producción y distribución de altos volúmenes de prendas de vestir utilizando materiales de baja calidad y a bajo costo.
Por su parte, el investigador José Luis Iglesias Diz aseguró que esta “Fast Fashion” llega con más facilidad a los adolescentes que, para poder ser parte de un determinado grupo de referencia, desean usar un tipo determinado de ropa o disponer de una nueva tecnología.
Según la Real Academia Española, consumismo significa “tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios”, un concepto que se fortalece y genera, junto a la publicidad y la competencia del mercado, estereotipos que influyen en los comportamientos de las personas en todo el mundo.
Es así que el “Fast Fashion”, con el afán de producir indiscriminadamente, genere un aumento en las cantidades de ropa que se fabrican, se venden y se desechen.
Moda circular
En 2019, catorce prendas se fabricaron por cada ser humano y, aunque las ventas crecieron en el planeta, un 30% de estos artículos textiles no se vendieron. Frente a la ganancia de 2.4 billones de dólares, el mundo de la moda pierde aproximadamente 640.000 millones anuales por falta de reciclaje y la ropa termina en basurales sin ser vendida.
Frente a esta situación, muchas marcas de ropa han incorporado procesos dentro de su cadena de producción que implican sostenibilidad. También, la confección de campañas sobre la importancia de la economía circular por parte de grandes multinacionales textiles que buscan, con esta propuesta, dar una segunda oportunidad a prendas donadas para producir nuevas coleccionar.
Las ferias y ventas de garaje, en menor escala, es el aporte que muchas personas realizan en el mundo para evitar más contaminación textil en un planeta que pide ayuda.