En busca de la protección y la seguridad, los profesionales proponen alternativas de fachadas ciegas en cuatro viviendas muy particulares. Conocelas en esta nota.
La fachada de un edificio es su elemento más visible, es su presentación al exterior. Sin embargo, en algunos proyectos, la relación con el entorno no requiere de una conexión constante, lo que lleva a optar por una fachada ciega.
La protección de la privacidad es una de las principales motivaciones para la elección de una fachada ciega.
Esta solución puede tener diversas justificaciones funcionales, como la protección de la privacidad, la seguridad, la protección climática, y como recurso arquitectónico.
La protección de la privacidad es una de las principales motivaciones para la elección de una fachada ciega. Esta solución permite la creación de espacios interiores privados que se relacionan con el exterior a través de patios o jardines, evitando la exposición directa desde el espacio público. Esta estrategia también permite incorporar luz natural y ventilación controlada, y reduce el impacto sonoro en el interior.
Otra razón para optar por una fachada ciega es la seguridad. La ausencia de aberturas limita las posibilidades de acceso al interior. Además, la fachada ciega actúa como barrera visual, limitando la percepción de la riqueza material que se encuentra en el interior.
La defensa climática también puede justificar la elección de una fachada ciega. En zonas de clima extremo, como zonas desérticas o tropicales, la fachada ciega puede proteger el interior del edificio de la radiación solar directa y del exceso de calor, reduciendo así la carga térmica y disminuyendo el consumo de energía del sistema de climatización. En climas fríos, la fachada ciega puede proteger el edificio de los vientos fríos y reducir la pérdida de calor a través de las ventanas.
Desde el punto de vista arquitectónico, esta propuesta puede ser un recurso expresivo y compositivo. En algunos tipos de edificios, como templos religiosos o teatros, la fachada ciega se utiliza para transmitir un efecto de monumentalidad, de aislamiento del mundo exterior y de intimidad espiritual. En otros casos, como en viviendas unifamiliares o edificios residenciales, se convierte en un elemento estético que permite el juego de texturas, colores y materiales.
Casa L de Alric Galindez Arquitectos
La casa L de Alric Galindez Arquitectos se ubica en el límite de una calle principal. El diseño de la vivienda utiliza principalmente hormigón visto en la fachada frontal para crear privacidad y un límite claro entre los espacios públicos y privados. La fachada tiene dos planos que detienen la vista y solo dejan pasar la luz. En el interior, hay patios con vegetación y luz natural. La casa se concibe de manera introvertida, con espacios utilizados hacia el patio trasero y el interior de la casa. En la parte trasera de la vivienda, hay una relación fluida entre los espacios interiores y exteriores, mientras que las habitaciones se encuentran en el nivel superior conectado al nivel del suelo por patios y espacios verticales.
La fachada ciega actúa como barrera visual, limitando la percepción de la riqueza material que se encuentra en el interior.
Casa Bitten de Arnau Estudi d’Arquitectura
La casa Bitten de Arnau Estudi d’Arquitectura se ubica en la ribera de un río se presenta cerrada como una caja para preservar sus tesoros naturales. Se propone un cubo de concreto que se relaciona con su entorno con gestos mínimos.
Cuatro esquinas opuestas de la casa resuelven las relaciones con el exterior. En el piso inferior, las estructuras conducen a dos atrios: uno en la esquina sur que prolonga la sala de estar y la cocina hacia el jardín, y otro en la esquina norte que genera espacio para vehículos y acceso a la casa. En el primer piso, generan dos terrazas para las habitaciones y dos lucernarios para el piso inferior.
Fachada Casa en Inokashira de Studio NOA
La casa en Inokashira de Studio NOA se encuentra en un terreno muy estrecho, limitado por una pequeña calle y una colina de bambú. Al estar situada en esta zona, esta casa unifamiliar actúa como muro de contención y lugar de residencia. En respeto a los árboles que alguna vez estuvieron allí, las lamas de cedro y el concreto grabado con la textura de la madera sugieren los materiales y texturas que se encuentran en el bosque detrás de la casa. Cuando oscurece, las luces interiores iluminan su enrejado vertical exterior creando ambigüedades en relación al contexto.
La elección de una fachada ciega puede ser una solución eficiente y atractiva para diferentes tipos de proyectos arquitectónicos. Además de ofrecer beneficios en términos de privacidad, seguridad y protección climática, también puede ser un recurso expresivo y compositivo que permite la creación de edificios singulares y diferenciados.
¿Querés leer la edición interactiva digital de la Revista Mundo CH? Hacé clic aquí.