Conocé los tres aspectos que no podés dejar pasar a la hora de cuidar tus jardines: el clima, el tipo de suelo y la iluminación natural.
Por Prof. Claudio Doratto. www.claudiodoratto.com
Esos son algunos de los parámetros a considerar cuando queremos tener lo mejor de los mundos: un jardín, un bosque comestible y un huerto urbano.
El clima:
Es el que determina qué cosas podremos cultivar. Por ejemplo, cítricos en la Patagonia argentina será bastante complicado o requerirá de esfuerzo e inversiones que pueden no ir de la mano de la sustentabilidad.
El tipo de suelo:
Mucho ya se ha hablado de si tiene un pH ácido, neutro o alcalino. De contar con alguno de los extremos deberemos hacer enmiendas para ajustarlos al cultivo de hortalizas y mejorar también la fertilidad natural que tenemos en el jardín.
Otro aspecto relacionado al suelo es su profundidad. Es más fácil de identificar este parámetro si miramos las macetas o contenedores.
Es poco probable que un frutal crezca y se desarrolle bien en una maceta de 20 litros, ahora si en lugar de éste sembramos acelga, los resultados son diferentes.
Si tenés un jardín en el que la profundidad del suelo sobrepasa el 1,5 metros las limitaciones son casi nulas respecto de lo que podés incorporar.
La iluminación natural:
La cantidad de horas de sol que tengas en el jardín determinará las especies que puedas cultivar como también la ubicación de las plantas.
Las zonas con más sombra podrán ser destinadas a aquellas en las que consumas sus hojas y en aquellas en donde el sol es implacable en verano, podrán ser receptoras de aromáticas o frutales si el espacio te lo permite.
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