Desde no hace mucho se escucha hablar de la biofilia que no es más que el nombre que se le da a nuestro amor por la naturaleza, nuestro amor por lo vivo.
No es nada nuevo, hemos recorrido un largo camino desde allí a las ciudades llenas de hormigón.
Por Prof. Claudio Doratto. Contactalo aquí
El “diseño biofílico” lleva el entorno natural al interior de las oficinas, las viviendas y hospitales, por nombrar algunos, y el paisajismo o “diseño paisajístico” en sus múltiples formas es el que dispone de los espacios exteriores para el uso y disfrute.
Múltiples son los estudios que hablan de los beneficios para la salud el contacto con las plantas y los animales. No hay quien no sienta sus efectos al estar en su jardín, una plaza o un parque.
Dentro del diseño de las áreas verdes hay una que particularmente moviliza hasta las fibras más íntimas de mi cuerpo y es crear espacios para no sólo el disfrute, sino para hacer actividades en ellos.
Actividades que no dejen a nadie afuera, que entretienen y ayudan a la salud de sus usuarios.
Un jardín tiene que ser:
- Inclusivo: Pensados para todos, sin importar cómo se desplazan (caminando, con andador o en silla de ruedas o con ayuda de un bastón blanco), porque todo se concibe para quienes harán de este un espacio de recreo y relajación.
- Asistencial o Terapéutico: Pensados para actividades terapéuticas en un jardín o la huerta. Son jardines que incluyen espacios o áreas definidos para estimular los sentidos, realizar tareas que activen la motricidad, para contemplar y además cuentan con la personalización necesaria para sus usuarios.
- Sustentable: Pensados para que su posterior mantenimiento esté libre de agroquímicos y en armonía con la naturaleza.
Un jardín particular sostenible, inclusivo y que además propicie las actividades terapéuticas en él, es importante cuando hay adultos mayores o se tiene alguna limitación física o psicológica. Pero también lo es para reducir los niveles de estrés laboral.
Muy importante lo son en hospitales, clínicas, hogares de ancianos y centros de día. Es esencial que dichas instituciones cuenten con jardines pensados para los pacientes, sus acompañantes y para el personal que allí desempeña su importante labor.
Certificarme como terapeuta hortícola no hizo más que seguir avivando esa llama que me moviliza a crear jardines que considero una puerta para la reconexión con uno mismo y con la naturaleza.
Tener un pequeño edén inclusivo y terapéutico no es difícil ni más costoso que uno tradicional, solo hace falta decisión y el compromiso de aprovecharlo.
Prof. Claudio Doratto. contacto@claudiodoratto.com. Tel: 261-6650566. www.jardinesinclusivos.ar. www.claudiodoratto.com