Con el fluir del agua entre las plantas. Consejos para tener tu propio estanque o fuente en el jardín.
Por Prof. Claudio Doratto. Contacto www.claudiodoratto.com
Cuando me mudé a mi actual casa, lo primero que hice fue ver en qué lugar del jardín colocaría un estanque con una cascada. El agua es una gran debilidad para mí.
El estanque o una pequeña fuente y plantas representan un complemento inigualable en un jardín, por más pequeñas que sean sus dimensiones.
Hasta en un reducido balcón se hace posible sumar el sonido del agua con una vieja barrica de roble, como telón de fondo.
Mientras más espacio tengamos, las opciones se multiplican tanto por la variedad de plantas a incorporar como, por el ecosistema potencial que se generaría en el jardín con la visita de aves e insectos.
Pero, para tener uno es necesario tomar medidas, juntar información y definir algunos detalles.
¿Qué efecto buscamos?
Responder a ello definirá mucho de los aspectos que siguen a continuación.
Podemos generar un efecto visual impactante por las dimensiones, la combinación de colores de la vegetación asociada y toda la decoración reflejada en la superficie del agua.
Podemos esconder en un rincón íntimo una fuente que nos lleve a recorrer el jardín, en búsqueda del origen del sonido del agua en una pequeña fuente o cascada.
Esto es solo para nombrarte alguna de las posibilidades.
¿Qué estilo de estanque queremos?
Si bien es un tema designado por los gustos personales, la arquitectura, el espacio disponible y el paisajismo existente marcarán de alguna manera los lineamientos.
Si el jardín es formal posiblemente dominarán las líneas rectas, el uso de materiales como el hormigón, la piedra y el metal; por citar algunos.
El espacio disponible y el paisajismo existente marcarán de alguna manera los lineamientos del estilo de estanque.
Podrán estar a nivel del suelo o elevado unos centímetros, para que se destaque como centro de atracción.
Cuando el estilo es silvestre se buscará recrear un espejo de agua más natural, con líneas curvas, cantos rodados, suaves pendientes y rodeados de verde, para que se integre al paisaje como si siempre hubiera estado allí.
Incluso, podemos sumar una cascada y un curso de agua que llegue o salga del reservorio.
¿Cuál será el lugar más adecuado?
Este aspecto es bien importante porque responde en parte al impacto que pretendemos lograr con la fuente o estanque.
Puede que deseemos que se encuentre en un lugar despejado y a pleno sol para que se destaque en el jardín, pero si el agua está quieta (estancada) el desarrollo de algas es casi inevitable si no se usan químicos.
Mejor sería un lugar que combine la sombra con parches de luz o el sol con retazos de sombra, que nos darán la posibilidad de colocar una mayor variedad de plantas.
Y si estás pensando en un lugar debajo de la copa de algún árbol deberás considerar las tareas de mantenimiento y limpieza que tendrá, porque las hojas en el agua se descompondrán y podría dar lugar al desarrollo de enfermedades.
El estanque o una pequeña fuente y plantas representan un complemento inigualable en un jardín.
¿Qué plantas colocaré?
Las dimensiones del estanque y las diversas profundidades te permitirán diferentes opciones.
Si forma parte del jardín, tendrás las plantas ornamentales tradicionales que podrían generar el marco o telón de fondo.
En las orillas, siempre que el estilo sea silvestre, podrás colocar plantas de pantano que son aquellas que están cómodas con los pies en el suelo encharcado.
Y dentro del agua tenés opciones flotantes, de agua superficiales, de aguas profundas y unas que, casi te diría infaltables, se conocen como oxigenadoras.
Estas últimas además de aportar el oxígeno a las demás plantas para que crezcan sanas, permitirán colocar animales acuáticos.
Y ¿qué pensás? ¿Te gustaría tener tu propio ecosistema acuático en tu hogar?
En la próxima entrega te daré algunas ideas para aquellos lugares pequeños como un balcón, patio interno o una terraza.
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