No le damos la atención que se merece. El hall de entrada, normalmente, es el gran olvidado por eso queremos que recupere el esplendor que se ha ganado con unos sencillos cambios.
El recibidor o hall es nuestra carta de presentación. Es la primera impresión que causamos en aquellas visitas que llegan a casa y su aspecto dice mucho de nosotros. Ya en la antigua Roma esta zona adquiría gran importancia definiendo la frontera entre el espacio público y el privado. Por ello, desde sus orígenes, ha sido planteada como una pequeña sala de estar que servía como vestíbulo hacia la zona principal de la vivienda y en la cual se podía ‘esperar’ a los residentes en esta.
Esta concepción se ha mantenido durante siglos, variando desde su distribución hasta su nombre, pero siempre con la misma función. El recibidor es ese prólogo que precede la historia que nuestra casa quiere contar. Y, aunque ha ido perdiendo esta importancia y en muchos casos cayendo en decadencia por la falta de espacio o por ser simplemente zona de paso, conseguir que este espacio sea cautivador es más fácil de lo que piensas.
Darle un toque de color, algún elemento llamativo o espejos que mejoren la iluminación del espacio, son solo algunos de los pequeños cambios que pueden hacer del hall de nuestra casa, la mejor tarjeta de presentación. Te damos las claves para transformar tu recibidor en un espacio distinguido y moderno.