Renovación, diversión y algunas situaciones estresantes son los condimentos de fin de año. Aquí, los tips para vivir y sobrevivir a las celebraciones sin inconvenientes y con mucha alegría.
Por Renata Piglionico
Esta época del año trae consigo un cóctel de emociones que es inevitable experimentar. Hablamos con la psicóloga Mariela Fermento para entender mejor este fenómeno y prepararnos para pasar las fiestas con la mayor tranquilidad mental y emocional posible. A continuación, su análisis y recomendaciones.
¿Cómo suelen vivir las personas esta época del año?
“Es muy frecuente que las sesiones traten sobre el balance personal del año”, nos confesó la psicóloga. “Hay personas que lo viven con felicidad y otras que están esperando a que termine el año y comience uno nuevo, ya que han transitado situaciones difíciles y ponen todas sus expectativas en el año que vendrá”, agregó. Este tipo de pensamiento introspectivo, al igual que la apertura a conectar con los que nos pasa, genera que las emociones estén a flor de piel. También hay que tener en cuenta el cansancio físico y mental que implican las rutinas a esta altura del año, factores que también suman para que los meses de noviembre y diciembre sean muy particulares.
¿Cuáles son los conflictos que suelen generarse en esta época del año?
El tema de las peleas, sobre todo familiares, suele estar en el centro de la mesa. Los temas que generan fricciones están relacionados, generalmente, a con quién y cómo pasamos las fiestas, además de las cuestiones de organización y expectativas en cuanto a esos días. “Hay familias que solo por cuestiones de “protocolo” o costumbre pasan esa noche con personas que no ven en todo el año y con las que no les interesa estar. Esto genera malestar que se puede reflejar en las actitudes y conductas, provocando un clima tenso”, explicó la profesional, quien recomendó, a continuación, “escuchar a cada miembro de la familia y así comprender y tener en cuenta su punto de vista”.
También suelen generarse conflictos tanto internos como interpersonales cuando comenzamos a comparar “nuestro balance” con el de las demás personas.
Hay que tener en cuenta el cansancio físico y mental que implican las rutinas a esta altura del año, factores que también suman para que los meses de noviembre y diciembre sean muy particulares.
Tips para vivir unas fiestas pacíficas y felices en familia o con amigos
“Básicamente”, recomendó la psicóloga Fermento, “se trata de hacer lo que nos haga bien, estar con quienes queremos estar, y dejar de lado los compromisos y “protocolos” que, lejos de permitirnos pasar una noche de festejo, hacen que la velada sea una carga o un pesar, haciéndonos desear que pasen rápido estos días”.
Otro importante punto que resaltó la profesional tiene que ver con la manera en que nos comunicamos durante esos días: “Es fundamental respetar las opiniones y costumbres de las personas con las que pasaremos las fiestas. En caso de estar en desacuerdo con algo, es aconsejable plantearlo durante la organización y no esa misma noche”.
“Ir con buena actitud y buena predisposición es indispensable”, afirmó la especialista y agregó que “en caso de no encontrarse bien anímica y emocionalmente, tratar de estar con aquellas personas con las que se sientan cómodos para expresar sus sentimientos, ya que no para todos las fiestas de fin de año son precisamente un festejo; hay personas que están atravesando situaciones difíciles y no se encuentran con ánimo para festejar. En esos casos sería recomendable respetar su decisión de cómo y con quien desea pasar esos días”.
Hacer lo que nos haga bien, estar con quienes queremos estar, y dejar de lado los compromisos y “protocolos” que, lejos de permitirnos pasar una noche de festejo, hacen que la velada sea una carga o un pesar.
Finalmente, y como tip destacado, se recomienda no tratar temas que puedan generar diferencias y roces, como política, fútbol, sexualidad o religión.
Ahora, hagamos realidad la frase “vivir las fiestas en paz”, que estas no se centren en los roces interpersonales, sino en la reflexión, el balance y la interacción respetuosa, para crecer y entrar al nuevo año renovados y con la contención afectuosa de nuestros seres queridos.
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