Todos los trucos para limpiar las paredes de casa y dejarlas como el primer día.
¿Cada cuánto hay que limpiar las paredes? ¿Qué productos puedo utilizar? Descubrimos paso a paso la manera más sencilla y efectiva de limpiar las paredes de casa. A groso modo, podríamos calcular que la superficie a limpiar en una casa de 80 m2 sería de unos 188 m2: el resultado de multiplicar su tamaño por la altura de las paredes (2,35 m).
Es por ello que tenés que planificar con mucho detalle cuándo y cómo hacerlo, porque estamos hablando de una superficie notable. Vas a necesitar agua, bastantes trapos y la temperatura óptima para que las paredes se sequen con rapidez.
¿En qué época del año es mejor limpiar las paredes?
Los días previos a la primavera, incluso durante toda esta estación. Estas son las mejores épocas para limpiar las paredes, cuando todavía el clima es templado. Al limpiarlas con agua necesitarás poder abrir las ventanas para que se sequen de manera rápida.
¿Cada cuánto hay que limpiar las paredes?
Con una vez al año bastaría. Añade este trabajo manual a la lista de tareas que tengas preparada para el periodo en el que te vayas a dedicar a la limpieza general de tu casa.
Analiza las características de las paredes y la pintura
Lo primero que debés tener en cuenta es el tipo de pintura. La pintura plástica es lavable (también con base de agua, sólo que incluye resinas vinílicas o acrílicas). No obstante, has de tener en cuenta que, aun así, es también porosa, por lo que las manchas muy oscuras serán difíciles de quitar.
El gotelé requerirá de mayor obstinación y repasos.
¿Qué necesitas para limpiar las paredes?
- Necesitarás una escoba o un aspirador con cepillo
- Un plumero o un estropajo con mango
- Una toalla blanca
- Varios paños quita polvo, preferiblemente blancos
- Un balde con agua tibia y un chorrito de jabón (sirve el detergente lavavajillas)
- Y otro recipiente con agua tibia y limpia
Manos a la obra
- Retirá todos los cuadros y adornos de las paredes; también los muebles que descansen apoyados en ellas. cubrí el suelo justo debajo de la zona que vayas a limpiar por si cae agua.
- Quitá el polvo de toda la superficie o bien con una escoba recubierta con una toalla o bien con el cepillo (limpio) de la aspiradora.
- Especial atención al rodapié, donde mayor suciedad se acumula. Hay quien opta por utilizar en esta zona tan delicada un plumero o un cepillo con esponja de los que se usan en las manualidades; también sirven los estropajos con mango.
- Probá con frotar un trozo de pared en una zona poco visible (sirve detrás de una puerta) para asegurarte que no queden marcas ni surcos una vez se haya secado el agua.
- Limpiá el resto de la pared con un paño blanco que no suelte pelusas (o con una esponja sin color) humedecido en el agua jabonosa.
- Aclará con el agua limpia del otro cubo utilizando un paño limpio con las mismas características.
- Abrí las ventanas y dejá secar el ambiente.
Alternativas
Hay quien prefiere añadirle al agua jabonosa (detergente lavavajillas) un cuarto de taza de vinagre (esto es recomendable para las pinturas con base de aceite); otros optan por un chorrito de amoniaco. Las manchas mejor frotarlas con una pasta de bicarbonato de sodio.