Diseño, tecnología e historias hicieron fusión en Silla 14 Café, porque si de algo aprendimos fue a tener actitud, precisión y pasión por el café.

Siendo admiradores desde su cultivo, en cada país de origen entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, hasta la taza, servido en cualquiera de las formas y combinaciones fuimos y seremos los precursores en plasmar aquí nuestro proyecto y así desarrollar un sitio que brindara alta calidad de café junto a la elevada tecnología de la maquina La Marzocco, donde nuestra impronta personal y autentica fuera la nota distintiva.

Hoy y después de un largo camino tenemos la satisfacción de haber logrado el mayor de los desafíos al ofrecerle nuestra idea como proyecto de excelencia.

Nuestro objetivo fue favorecer la divulgación de los conocimientos sobre los atributos y características propias que hacen de los cafés especiales una verdadera aventura sensorial. Silla 14 supo generar y compartir un espacio propicio para la experimentación en el preparado, servicio y degustación de los cafés especiales.

Es por ello que quisiéramos finalizar con el mayor de los anhelos de gratificación y agradecimiento a todos nuestros Clientes a nivel nacional e internacional, seguidores y amantes del café. Nos esperan nuevos proyectos y seguramente otros destinos por descubrir con la misma intensidad, conocimiento, determinación y vocación que siempre nos caracterizó.

Cumplidos 4 años desde su creación en septiembre del 2014 a la actualidad, mi más distinguido saludo a todos los que nos apoyaron y siguieron nuestro camino, a todo el equipo de silla 14 por su desempeño laboral, a mi madre y hermanos por su dedicación, contención y lucha permanente por superar los obstáculos, a los amigos y conocidos por poner el oído y saber escuchar, a los profesionales actuantes idóneos en su materia y a la principal turbina de la vida mi amado Horacio y mis hijas Ornella y Chiara.

 

Somos, fuimos y seremos parte de esta historia, porque donde hay un verdadero café hay un buen motivo para luchar, perseverar y compartir mil historias. . .